Sostiene que el CES es el mejor espacio para lograr los acuerdos

Las propuestas de reformas que ha anunciado el presidente Luis Abinader, especialmente la fiscal y la constitucional, acaparan el debate de la opinión pública a pesar de que ninguno de esos proyectos hasta el momento ha sido presentado formalmente.

Muchas interrogantes surgen de cómo y dónde se hará el proceso de diálogo que involucra sacrificios económicos para la población y una reforma constitucional con impacto para el futuro institucional del país. Los empresarios a través del Conep y la AIRD han planteado un diálogo que abarque los diversos sectores y desde la sociedad civil, Finjus y Participación Ciudadana están en esa misma línea. También se pronunció el sector de la iglesia evangélica organizada en el Codue, pero en contra de reformar la Constitución y la iglesia católica no ha expuesto su opinión.

Los partidos de oposición lucen sin una estrategia definida de participación. La Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana, en declaraciones de sus dirigentes han rechazado la reforma constitucional y un paquete fiscal que implique más sacrificios para los más pobres y la clase media.
elCaribe consultó al especialista en diálogo, Nelson Espinal Báez, que además de abogado, se especializó en negociación y mediación en la Universidad de Harvard. Espinal Báez considera que el Consejo Económico y Social es el escenario ideal para el consenso, que los temas deben ser acordados antes de ir al Congreso y advierte a la oposición que sería un error quedar fuera del diálogo.

¿Cómo se construye el consenso?

La construcción de consenso es una metodología desarrollada y empleada para abordar negociaciones complejas, resolver conflictos públicos y construir consensos en políticas públicas mediante la participación de todas las partes interesadas. Este enfoque se centra en la colaboración y en la creación de acuerdos mutuamente aceptables.

¿Cuál debería ser el escenario para consensuar las reformas?

Entiendo que debe ser ahí ,el Consejo Económico y Social (CES), pues es el espacio legalmente instituido para estos fines. Además, la Constitución de la República Dominicana elevó a rango constitucional la institución del Consejo Económico y Social. Por supuesto, puede y debe recibir apoyo especial, técnico y económico, cuando se trata de procesos complejos como son las reformas.

¿Las reformas deben consensuarse antes de ir al Congreso?

Es lo ideal, pues entre las características claves de la construcción de consenso es la inclusión y la transparencia. Aquellos grupos de interés (sociales, empresariales, políticos, medioambientales) que no tienen representación en el congreso son y deben ser parte de los procesos de negociación y de consenso.

¿Es viable plantear una reforma constitucional y un paquete fiscal al mismo tiempo?


Tengo la impresión que el presidente Luis Abinader está planteando la reforma constitucional, en especial el llamado “candado” para hacer más difíciles las eventuales reformas respecto a la reelección como una forma de ganar autoridad moral y legitimidad política respecto a las futuras reformas que quiere hacer. Es decir, le está diciendo al país: los costos políticos estoy dispuesto a asumirlos y los frutos de las reformas no los recogeré yo, sino los futuros gobiernos.

¿El contexto político favorece un consenso con los partidos para una reforma fiscal y constitucional?

Metodológicamente el paso número uno en construcción de consenso es la “evaluación del contexto político”. Y después del triunfo electoral del partido de gobierno, es el momento ideal para auspiciar, promover y negociar reformas.

¿Cuál es el riesgo político de los partidos de oposición si se quedan fuera de un escenario de diálogo y cuál sería si participan de un acuerdo que implique pagar más impuestos a un segmento de la población?

Sería un error de la oposición no entrar al proceso. Por varias razones: El gobierno no los necesita para legalmente pasar todas las reformas en el Congreso. Es decir, las Alternativas de No Acuerdo del Gobierno con la oposición son excelentes: solo tiene que negociar con todos los sectores (stakeholders) de la sociedad dominicana y pasar las reformas fácilmente en el congreso. Es el escenario ideal para el gobierno. Es a la oposición que le conviene ser parte del dialogo.

¿Y si no lo hace qué pasaría?

Le estarían dejando la cancha sola al gobierno sentado con todos los grupos de interés del país. Podrían dar la impresión de que no fueron capaces de sentarse en la mesa a defender los intereses que afirman representar. Además, la oposición tiene excelentes técnicos que pueden aportar mucho al dialogo público. Su participación presentaría contrastes, disensos y criterios idealmente objetivos que deben ser tomados en cuenta en la construcción de consenso. Es una oportunidad para la oposición exhibir sus equipos técnicos y generar opinión pública autorizada, sobre todo si lo hacen con alto nivel. Ahora bien, si lo hacen en forma díscola, con muchas testosteronas y pocas neuronas, se iría negativamente contra ellos. Siempre les digo a mis estudiantes: “los diálogos públicos son el espacio para hacer oposición inteligente y ganar legitimidad como clase gobernante”.

Posted in Destacado, Panorama

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas