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La astenia, comúnmente conocida como cansancio extremo, se ha convertido en un motivo de consulta médico recurrente. Este síntoma se presenta como una falta de energía o vitalidad, percibida en reposo y agravada con el ejercicio. Es una condición que puede señalar diversas enfermedades de considerable importancia, y que requiere atención médica para determinar sus causas subyacentes.
La Sociedad Española de Medicina Interna define la astenia como una falta de energía mantenida, que aumenta con el ejercicio y es percibida incluso en reposo. Es esencial diferenciar este término de la “debilidad”, entendida como la incapacidad muscular para realizar un esfuerzo, y la “fatiga”, el cansancio que surge tras una actividad física.
A nivel global, la astenia puede ser causada por factores funcionales como la depresión, el embarazo, el mal descanso nocturno o el exceso de trabajo. No obstante, también puede ser síntoma de enfermedades orgánicas que comprometen el aporte de energía como las cardíacas, pulmonares, digestivas, anemias, hipotensión, infecciones como la hepatitis y tuberculosis, enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, toxinas como el alcohol, ciertos fármacos como antibióticos y diuréticos, y enfermedades tumorales.
El síndrome de astenia crónica se presenta como un reto significativo en el campo de la medicina, ya que no se cuenta con un tratamiento que pueda considerarse una cura definitiva para esta condición. La astenia crónica es una enfermedad que provoca agotamiento extremo y persistente, afectando de manera considerable la calidad de vida de quienes la padecen (Imagen Ilustrativa Infobae)
Un enfoque preventivo puede incluir una vida saludable con una dieta equilibrada como la mediterránea, ejercicio moderado y constante, y evitar hábitos perjudiciales como el tabaquismo y el consumo de alcohol. “Escuchar al cuerpo es crucial; ante señales persistentes de astenia, es fundamental acudir al médico para una evaluación temprana y adecuada”, recomiendan en la Sociedad Española de Medicina Interna.
La Clínica Universidad de Navarra destaca que la astenia es el término médico para el cansancio, y el síndrome de astenia crónica se define por un cansancio de más de seis meses de evolución, que reduce en más de un 50% la capacidad para realizar labores habituales. “El cansancio intenso, que no mejora con el descanso, produce una gran incapacidad para la vida laboral y social”, enfatizan.
Por otro lado, el Hospital Universitario Austral resalta que la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve el término astenia, observándose en muchos pacientes que han padecido la enfermedad. “La explicación radica en una cadena inflamatoria a nivel muscular producto de la infección, generando debilidad transitoria”, explicó el Doctor Jorge Sanjurjo, del Servicio de Medicina General Ambulatoria del hospital. Además, subrayó que “es crucial la consulta clínica para caracterizar los síntomas acompañantes y confeccionar una historia clínica completa”.
Esta condición se presenta en todos los grupos etarios y se manifiesta más frecuente en mujeres de entre 20 y 50 años. Además del cansancio extremo, los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, fiebre leve, dolor de garganta, dolores musculares, y dificultad de concentración.
El pronóstico de la astenia y del síndrome de astenia crónica es variable y depende de diversos factores, como la causa subyacente y el momento de diagnóstico. “Es muy importante acudir de forma precoz a los médicos para una correcta evaluación y tratamiento efectivo”, subraya la la Sociedad Española de Medicina Interna.
Cuando se trata de la astenia crónica, las causas son aún inciertas. Las hipótesis más trabajadas sugieren infecciones virales crónicas, especialmente de virus del grupo herpes, pero aún no se ha demostrado con certeza. Otras teorías hablan de alteraciones leves del sistema inmune o disfunción de las células musculares.
En términos de tratamiento, no existe una cura específica para el síndrome de astenia crónica. Algunos pacientes han respondido positivamente a fármacos antidepresivos y estimulantes de la inmunidad. Los antiinflamatorios no esteroides y los corticoides pueden ayudar a controlar los síntomas, especialmente los dolores musculares y articulares. “La única medida con eficacia demostrada es la aplicación de programas específicos e individualizados de ejercicio y acondicionamiento físico”, indican los especialistas del Hospital Universitario Austral en su página web.
Para condiciones de astenia relacionadas con infecciones bacteriales y virales, crónicas o agudas como el COVID-19, una evaluación médica es crítica. La realización de un examen físico junto con estudios complementarios puede ayudar a decidir los pasos a seguir.
De modo abreviado, la Sociedad Española de Medicina Interna, la Clínica Universidad de Navarra y el Hospital Universitario Austral coinciden en la importancia de un diagnóstico temprano para enfrentar la astenia. “El tiempo puede ser más que oro en paño. El miedo es un mal compañero de viaje. Su médico le ayudará”, concluyen los expertos de Medicina Interna.