Después de que se produjeran protestas sociales, China liberó su severa política contra el COVID, que incluía el aislamiento forzoso de personas y el uso de testeos masivos. Pero ese cambio súbito implicó que ahora haya un tsunami de la enfermedad, que ya pasó a ser la mayor ola en ese país desde el inicio de la pandemia en 2019.
Autoridades sanitarias de otros países y expertos en virología están preocupados por el impacto de la ola en China sobre la potencial propagación del coronavirus hacia el resto del mundo. O incluso, podría ser un escenario favorable a que surjan una nueva variante del virus al haber tantos contagios. Por el temor, cada vez más países exigen tests con resultados negativos para viajeros que vengan desde el gigante asiático.
En Israel, el recién nombrado Ministro de Sanidad, Aryeh Deri, anunció este viernes 30 de diciembre nuevos requisitos de pruebas de COVID para los viajeros procedentes de China. Ya Italia, Estados Unidos, India, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Malasia y España exigen el test a los que vienen desde el país asiático.
En tanto, la Comisión Europea pidió a sus Estados miembros que revisen los procedimientos de testeos y secuenciación y que estudien la posibilidad de volver a ampliarlos en el contexto de la propagación del virus desde China.
La carta de la comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, fue emitida tras una reunión en línea de más de 100 representantes de Estados miembros de la Unión Europea, agencias sanitarias y la Organización Mundial de la Salud para debatir cómo hacer frente al brote en China. Se espera que los expertos sanitarios se vuelvan a reunir la próxima semana.
“Si aparece una nueva variante del virus del SARS-CoV-2, ya sea en China o en la Unión Europea, debemos detectarla pronto para estar preparados para reaccionar con rapidez”, escribió la Comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, en la carta.
El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que es “comprensible” que los países actúen “de la forma que creen que puede proteger a sus poblaciones” dada la “ausencia de información exhaustiva de China”, que recientemente ha dejado de emitir informes diarios sobre infecciones de COVID.
La explosión de casos en China ocurrió después de que se liberaran las restricciones, pero la falta de transparencia sobre los datos de la situación epidemiológica genera intranquilidad.
El profesor Dominic Dwyer, médico australiano especialista en enfermedades infecciosas que formó parte de la comisión de la OMS que fue a China en 2021 para investigar el origen del coronavirus , afirmó días atrás que la falta de transparencia sobre Covid en China era preocupante. “No sabemos qué variantes circulan en China en este momento… [y] si esas variantes son diferentes en cuanto a su respuesta a la vacunación”, alertó.
La ola de casos en China está también relacionada con las bajas tasas de vacunación, especialmente entre las personas mayores. “Han cambiado muy rápidamente de un enfoque de cero Covid a relajar completamente las cosas, así que tal vez ha sucedido demasiado rápido para seguir el ritmo”, dijo Dwyer.
Las estadísticas oficiales de China informaron de tres nuevas muertes por Covid el martes pasado, pero la empresa británica de modelización de datos sanitarios Airfinity calcula que ya hay más de un millón de casos y más de 5.000 muertes al día. Recientemente, China cambió la forma de registrar las muertes por Covid-19 para incluir únicamente a los fallecidos por insuficiencia respiratoria o neumonía tras dar positivo.
Los expertos afirman que es probable que la falta de datos esté ocultando el número y la gravedad de los casos, y los médicos de China informan de un aumento masivo de infecciones y muertes. Howard Bernstein, médico residente en Pekín, declaró a la agencia Reuters que los pacientes llegan más enfermos y en mayor número, y que la sala de la UCI donde trabaja en el Hospital Familiar Unido de Pekín estaba “llena”.
De acuerdo con el doctor Dwyer, es clave que China comparta los datos de la situación epidemiológica porque en los países donde el Covid-19 está fuera de control, el gran número de personas infectadas hace más probable que se produzca un acontecimiento raro que provoque cambios en el virus.
Puede dar lugar a una nueva variante de preocupación. “Ese es el entorno en el que cabría esperar que aparecieran nuevas variantes”, afirmó. “Por lo tanto, será importante vigilar a las personas enfermas que regresen de China. No sabemos… si esas variantes [en China] son diferentes de las que hemos visto en otros lugares”, recomendó Dwyer.
El experto dijo que toda persona que viaje a China debe asegurarse de que está al día con todas las vacunas, incluidas las dosis de refuerzo. También hay que vacunarse contra la gripe, que se está extendiendo rápidamente también en el país asiático.
Los datos disponibles sugieren que la subvariante BA.5 de Ómicron sigue estando detrás de la mayoría de las infecciones por Covid en China. También se sabe que la subvariante BF.7 de Ómicron está aumentando en China: se detecta en el 35,3% de los casos positivos.
Otros científicos se muestran menos preocupados por la posibilidad de que el brote de China provoque una perturbación mundial. El profesor Robert Dingwall, sociólogo de la Universidad de Nottingham Trent en el Reino Unido sostuvo: “No hay ninguna razón en particular para suponer que sea más probable que surja una nueva variante en China que en cualquier otro lugar”.