La llegada de los 40 años en la vida de una mujer es una de las etapas más significativas a nivel emocional por los constantes cambios que pueden sufrir. Uno de los principales cambios que sufren son los corporales, suceso que recae en los hombros del fenómeno conocido como menopausia. 

Esta condición no es más que el cese de los periodos menstruales de una mujer, diagnosticada en retrospectiva, una vez que han transcurrido 12 meses consecutivos de amenorrea, que sucede por atresia de los folículos ováricos y su capacidad de producir estrógenos ante el estímulo de las hormonas foliculoestimulante y luteinizante.

De acuerdo con el especialista, JoAnn V. Pinkerton, de la Universidad de Virginia, estos cambios en el ciclo menstrual normalmente comienzan durante la quinta década de vida de una mujer, con variación en la duración del ciclo.

Entre los principales síntomas que anuncia su llegada están las fluctuaciones, hipersensibilidad en las mamas, cambios en el flujo menstrual, mal humor, exacerbación de las migrañas menstruales, entre otros.

El tiempo de duración oscila entre 6 meses y 10 años, y van desde ninguno hasta intensos.

Además se encuentran los llamados sofocos o sudores norturnos, mejor conocidos científicamente como vasomotores, afectan al 75 a 85% de las mujeres y en general comienzan antes de que las menstruaciones desaparezcan.

En el manual de salud escrito Pinkerton, explica que los síntomas pueden ser vasomotores, neuropsiquiátricos y cardiovasculares.

Los vasomotores suelen durar en promedio 7,4 años y pueden persistir hasta 10 años en algunos grupos de mujeres.

Las mujeres sienten calor y pueden transpirar, a veces profusamente; la temperatura central se incrementa. La piel, en especial la del rostro, la cabeza y el cuello, puede volverse roja y caliente. Los sofocos episódicos, que pueden durar de 30 segundos a 5 min, pueden ser seguidos de escalofríos. También pueden manifestarse durante la noche como sudores nocturnos.

Cambios vaginales

En la vagina, los signos más frecuentes son sequedad, dispareunia, y ocasionalmente irritación y picazón. A medida que disminuye la producción de estrógeno, la vulva y las mucosas vaginales se vuelven más delgadas, más secas, más friables, y menos elásticas, y se pierden los pliegues vaginales.

El síndrome genitourinario de la menopausia incluye síntomas y signos debido a la deficiencia de estrógenos y andrógenos, como atrofia vulvovaginal e Infecciones urinarias y/o vaginitis frecuentes

Neuropsiquiátricos

Explica que entre los cambios neuropsiquiátricos están la disminución de la concentración, pérdida de la memoria, síntomas depresivos, ansiedad. Asimismo pueden acompañar transitoriamente a la menopausia.

“Muchas mujeres experimentan estos síntomas durante la perimenopausia y asumen que la causa es la menopausia. Sin embargo, la evidencia que avala una conexión entre la menopausia y estos síntomas es mixta. Además, estos síntomas no están directamente relacionados con la disminución de los niveles de estrógenos asociada con la menopausia”, explicó el experto.

Sostuvo que los sudores recurrentes nocturnos, pueden contribuir con el insomnio, el cansancio, la irritabilidad y la falta de concentración por interrumpir el sueño. Sin embargo, durante la menopausia, los trastornos del sueño son comunes incluso entre las mujeres que no tienen sofocos.

Cardiovascular

Pinkerton indicó, además, que después de la menopausia, los niveles de colesterol unido a lipoproteína de baja densidad (LDL) aumentan en las mujeres.

“Los niveles de colesterol unido a lipoproteína de alta densidad (HDL) permanecen aproximadamente iguales a antes de la menopausia”, detalló en el documento.

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