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Agencias.- Los niños pequeños que crecen cerca de la naturaleza son menos propensos a tener problemas emocionales, incluso si el espacio verde es solo un parque o un gran patio trasero, muestra un estudio reciente.
Mientras más espacio verde haya a menos de tres cuartos de milla de la casa de un niño, menos síntomas de ansiedad y depresión tendrán entre los 2 y los 5 años de edad, encontraron los investigadores.
“Nuestra investigación respalda las evidencias existentes de que estar en la naturaleza es bueno para los niños”, dijo la investigadora Nissa Towe-Goodman, del Instituto de Desarrollo Infantil Frank Porter Graham de la Universidad de Carolina del Norte. “También sugiere que los primeros años de la infancia son un momento crucial para la exposición a los espacios verdes”.
En el estudio, los investigadores examinaron datos de más de 2,100 niños de 199 condados de 41 estados de EE. UU.
El equipo comparó los síntomas de depresión y ansiedad de los niños, cuyas edades oscilaban entre los 2 y los 11 años, con los datos satelitales sobre el espacio verde ubicado cerca de sus casas.
Más espacios verdes se asoció significativamente con menos ansiedad y depresión entre los niños más pequeños, incluso después de tomar en cuenta otros factores, señalaron los investigadores. Esos otros factores incluían el género del niño, la educación de los padres y la calidad social y económica de su vecindario.
Sin embargo, los investigadores no encontraron un vínculo significativo entre los espacios verdes y los síntomas de salud mental entre los 6 y los 11 años, después de que los niños hayan comenzado la escuela.
El nuevo estudio, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), aparece en la edición del 10 de abril de la revista JAMA Network Open.
“En el futuro, los investigadores podrían observar qué tipo de experiencias en la naturaleza se conectan con la salud mental temprana de los niños”, planteó Towe-Goodman en un comunicado de prensa de los NIH. “Además, debemos estudiar cómo la creación o preservación de áreas naturales alrededor de los hogares y las escuelas podría marcar una diferencia en la salud mental de un niño”.