Washington.- La contaminación del aire por los incendios forestales, el humo de las fábricas y las emanaciones de los vehículos automotores contribuyen al deterioro cognitivo y el mal de Alzheimer que afectan a unos 5,8 millones de personas mayores de 65 años de edad en Estados Unidos, según un estudio que publica este lunes la revista científica JAMA Neurology.
El estudio, encabezado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF, en inglés), encontró que entre las personas de edad avanzada, con impedimentos cognitivos, cuanto mayor es la contaminación del aire mayor es la probabilidad de que tengan placas amiloides, un indicio del Alzheimer.
Las placas amiloides están compuestas de fragmentos proteicos que forman parte de una proteína precursora de amiloides. La formación de ovillos neurofibrilares y placas amiloides contribuye a la degradación de las células nerviosas en el cerero.
Para este estudio, los investigadores analizaron las tomografías por emisión de positrón (PET, en inglés) de 18.178 personas, cuya edad promedio era de 75 años, que presentaban demencia o deterioro cognitivo moderado y vivían en áreas de código postal distribuidas por todo el país.
No todos los participantes tuvieron escáneres PET positivos, y el 40 % no mostró evidencias de placas en el escáner, lo cual indica otros diagnósticos que no son de Alzheimer, como las demencias frontotemporales o vasculares, que no están asociadas con las placas amiloides.
El análisis mostró que en quienes vivían en las áreas con más contaminación del aire había un incremento del 10 % en las probabilidades de que el escáner PET mostrara placas de amiloides, en comparación con quienes residían en zonas menos contaminadas.
Para determinar el grado de polución en cada vecindario, los investigadores usaron datos de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, en inglés) con mediciones del ozono a nivel del suelo, y las partículas de materia en la atmósfera conocidas como PM2.5, es decir, que tienen un diámetro de menos de 2,5 micrómetros.
“La exposición durante nuestra vida cotidiana a PM2.5, aún a niveles que se consideraría normales, podría contribuir a inducir una respuesta inflamatoria crónica”, indicó Leonardo Iaccarino, uno de los autores del estudio y quien trabaja en el Centro de Memoria y Envejecimiento en UCSF.
“Con el paso del tiempo esto puede afectar la salud cerebral de muchas formas, incluida la contribución a una acumulación de placas amiloides”, añadió.
Por su parte Gil Rabinovici, otro de los autores, apuntó que “este estudio proporciona pruebas adicionales a un conjunto creciente y convergente de estudios científicos, que van desde modelos con animales a estudios epidemiológicos, y que apuntan a la contaminación del aire como un factor significativo de riesgos para el mal de Alzheimer y la demencia”. EFE