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Agencias.- Dormir mal de forma constante se vincula con el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2, muestra un estudio reciente.

Tanto dormir muy poco como demasiado se vinculan con el riesgo de diabetes, y oscilar salvajemente entre los dos patrones de sueño deficiente refleja el mayor riesgo, informaron los investigadores en una edición reciente de la revista Diabetología.

Los hallazgos respaldan “la importancia de la salud del sueño en la mediana edad, sobre todo mantener horarios de sueño regulares a lo largo del tiempo, para reducir el riesgo de afecciones cardiometabólicas adversas”, señaló la investigadora Kelsie Full, epidemióloga conductual y profesora asistente de medicina del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.

En el estudio, los investigadores analizaron los patrones de sueño a largo plazo de más de 36,000 adultos que participaron en un estudio de salud de residentes de 12 estados del sureste de Estados Unidos. Alrededor del 62% de los participantes eran personas negras.

El equipo examinó los patrones de sueño de los participantes en función de lo que informaron al comienzo del estudio, así como durante un seguimiento que tuvo lugar un promedio de cinco años después. La falta de sueño se definió como menos de siete horas o más de nueve horas por noche.

“Una de las principales fortalezas de nuestro estudio fue que nos enfocamos en el patrón de sueño a largo plazo en lugar de en la medición de una sola vez”, señaló el investigador principal, Qian Xiao, profesor asociado de epidemiología, genética humana y ciencias ambientales del Centro de Ciencias de la Salud de la UT en la Facultad de Salud Pública de Houston.

La asociación más fuerte con la diabetes se encontró entre las personas que reportaron cambios extremos en los patrones de sueño, muestran los resultados.

Las personas que comenzaron a dormir muy poco y llegaron a dormir demasiado tenían el mayor riesgo de diabetes, un 51 por ciento más que las personas con un patrón de sueño normal constante, muestran los resultados.

El siguiente nivel más alto fue el de las personas que comenzaron durmiendo demasiado y terminaron durmiendo muy poco, con un aumento del 45 por ciento en el riesgo de diabetes en comparación con los que dormían de manera constante, encontraron los investigadores.

“Al enfocarnos en los patrones longitudinales de sueño, demostramos la importancia de mantener un patrón de sueño saludable a lo largo del tiempo para la salud metabólica”, señaló Xiao en un comunicado de prensa de la Vanderbilt.

Los patrones de sueño que fluctúan enormemente se han vinculado en otros estudios con un mal control de los niveles de azúcar en la sangre, apuntaron los investigadores.

Una duración anormalmente larga del sueño también podría reflejar la presencia de fatiga relacionada con la diabetes u otros factores de riesgo asociados con la enfermedad crónica, añadió el equipo.

Se necesitan estudios para evaluar si mejorar la salud del sueño puede mejorar la salud, dijeron los investigadores.

Los nuevos resultados concuerdan con otro estudio publicado la semana pasada en el que participaron 84,000 personas inscritas en un estudio en curso en el Reino Unido.

Esos hallazgos, que se publicaron en la edición del 17 de julio de la revista Diabetes Care, mostraron que las personas con sueño irregular tenían un 34 por ciento más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. El sueño irregular se definió como la duración del sueño que cambiaba en un promedio de 60 minutos o más entre noches.

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