El órgano puede ser afectado por traumatismo, cáncer y otros problemas. Un experto de la Clínica Mayo, en los Estados Unidos, contó a Infobae cómo investiga las terapias en desarrollo

Los seres humanos respiran con la ayuda de la laringe. Cada vez que toman aire por la nariz o por la boca, la laringe lo canaliza hacia la tráquea y los pulmones. También pueden hablar, gritar y emitir otros sonidos vocales gracias al buen funcionamiento de la laringe.

Se trata de un órgano que se encuentra en medio del cuello, justo encima de la tráquea y el esófago. Hace más de tres décadas atrás la laringe despertó admiración en el doctor David Lott. Pasó a ser también su foco de interés en su carrera científica y médica.

Ahora, con su equipo en la Clínica Mayo, en Arizona, el doctor Lott realizó el primer trasplante de laringe del mundo en una persona con cáncer activo en los Estados Unidos. Marcó otro hito en el trasplante total de laringe. Mientras tanto también desarrolla la opción de implantes de impresión tridimensional.

El paciente Marty Kedian, de 59 años, había sido diagnosticado con un tumor poco frecuente. Recibió el trasplante de laringe, una operación liderada por David Lott/ Clínica Mayo

“Incluso cuando empecé a estudiar medicina, yo no sabía nada sobre la laringe. Con el transcurso de las clases, me enamoré de esta región de la cabeza y el cuello del ser humano y noté que había otros modos de ayudar a los pacientes con diversos trastornos que afectan su calidad de vida”, dijo el doctor Lott, al ser entrevistado en exclusiva por Infobae.

“Los pacientes con trastornos de laringe no pueden respirar bien. Tienen dificultades para comer o para hablar o decirles a sus seres queridos cuánto los aman. Al recibir entrenamiento en otorrinolaringología, me dí cuenta de cuán magnífico es el órgano de la laringe y de que podía investigar para desarrollar opciones terapéuticas”, agregó el experto, que se formó en la Clínica Cleveland y en el Hospital General de Massachusetts de la Universidad de Harvard de los Estados Unidos.

Qué opciones se desarrollan para los problemas graves de laringe

La ubicación exacta de la laringe cambia a lo largo de la vida. Desde el nacimiento hasta los 2 años, la laringe está más arriba en el cuello. Con el tiempo, desciende hasta la mitad del cuello.

El doctor Lott lleva a cabo investigaciones científicas para dar más opciones a los pacientes. Un tipo de intervención es el trasplante de laringe, a partir de la donación de otra persona que ha fallecido. La otra opción es el implante de impresión tridimensional.

En esa carrera por mejorar las técnicas para desarrollar esas intervenciones, el último logro de Lott y su equipo fue entonces el trasplante de laringe en un hombre de Massachusetts, Marty Kedian, de 59 años, que había sido diagnosticado con un tumor poco frecuente. La operación fue el 29 de febrero pasado

Antes del trasplante de laringe, el paciente había sido sometido a docenas de intervenciones quirúrgicas que le quitaron la posibilidad de hablar y le limitaron su capacidad de tragar y respirar con normalidad. “Estaba vivo, pero no vivía”, contó Kedian al equipo de la Clínica Mayo. Como no podía hablar, evitaba salir de su casa.

En el diálogo con Infobae, el doctor Lott detalló que el trasplante total de laringe en Kedian fue parte de un ensayo clínico que están llevando a cabo. “Ya se han realizado trasplantes de laringe en Colombia, Polonia y Francia. En los Estados Unidos, ya se han hecho tres trasplantes de laringe, incluyendo el que realizamos en febrero pasado”. Días atrás, publicaron el reporte en la revista de referato Mayo Clinic Proceedings.

Cuáles fueron los otros trasplantes de laringe

El primer trasplante total de laringe se realizó con éxito en los Estados Unidos en 1998. El nuevo órgano fue recibido por un hombre de 40 años que había desarrollado una estenosis laríngea tras un accidente de tráfico. Tras la operación, empezó a hablar a los 3 días y su voz se consideró normal 36 meses después. Sin embargo después de catorce años tuvieron que extraerle la laringe porque se detectó un rechazo del órgano.

En 2012 se hizo el segundo trasplante en una mujer de 51 años con estenosis laringotraqueal adquirida. Ya recibía inmunosupresión a largo plazo por un trasplante de riñón y páncreas. Fue capaz de hablar a los 14 días y su voz era casi normal a los 18 meses. Aún sigue dependiendo de un tubo de traqueotomía.

En cambio, el trasplante para Kedian -que fue el tercero en los Estados Unidos- fue diferente a los anteriores ya que se llevó a cabo en el marco de un ensayo clínico, y es un paso decisivo para poner este procedimiento poco frecuente al alcance de más pacientes.

¿Cuáles son los mayores desafíos para escalar los trasplantes de laringe? “Hasta el momento, los trasplantes de este órgano han sido de manera aislada. Al evaluarlos en el marco de un ensayo clínico nos permite estudiar a fondo la seguridad y eficacia de la intervención como opción para los pacientes. Tenemos un programa y haremos más trasplantes de laringe en los próximos años”, contestó Lott a Infobae.

Otro de los desafíos es que los pacientes requieren del uso de medicamentos inmunosupresores para que su sistema inmune no rechace el órgano donado. Pero en el caso de pacientes con cáncer, la administración de ese tipo de medicación puede generar efectos adversos.

Sin embargo, el caso de Kedian fue diferente. Ya estaba en tratamiento inmunosupresor por un trasplante de riñón anterior. Era entonces un paciente con un cáncer activo que ya estaba inmunodeprimido y eso hizo que se pensara en la opción del trasplante de forma segura, ya que no agregaba un riesgo adicional.

Primero se extirpó la laringe del paciente. Luego, cuando se aseguraron de que el cáncer había desaparecido, “nos centramos en el trasplante”, precisó Lott. En la intervención, participaron 6 cirujanos y el trasplante duró 21 horas.

Cuatro meses después de la operación, el paciente recuperó aproximadamente el 60% de su voz y puede hablar con la misma voz y el mismo acento de Boston que tenía antes del cáncer. También mejoró su capacidad para tragar y respirar.

“Consideramos que en el futuro el trasplante de laringe podría ser beneficioso para personas con traumatismo, que han sido afectados por radioterapia o por cáncer”, afirmó Lott.

En qué consiste los implantes de impresión 3D para la laringe

Otra línea de investigación está en curso con los implantes de impresión tridimensional. A través de tomografías computarizadas, se crea réplicas tridimensionales de la parte enferma de la laringe.

Tienen las dimensiones exactas de la parte extirpada. Luego se imprime esa estructura tridimensional que sirve como “andamio” y se la implanta en la laringe.

En 2022 el investigador publicó en la revista Laryngoscope la prueba de concepto de la innovación en curso. Lott y su equipo hicieron una laringectomía parcial: implantaron como un “andamio” poroso de polietileno con una configuración específica, con el cultivo de células madre del mismo perro que se usó para la experimentación.

Un año después, se detectó que la intervención hacía que el perro volviera a ladrar en rangos normales. El canino podía comer y respirar con normalidad sin soporte a largo plazo. “Es aún una prueba de concepto. Es una intervención que no requiere luego el uso de inmunosupresores como si se necesitan en el caso del trasplante”, comentó.

“Aún estamos trabajando para llegar a desarrollar un protocolo que pueda ser un ensayo clínico con pacientes autorizado por la autoridad regulatoria FDA”. En realidad, el trasplante y el implante de impresión tridimensional podrían ser opciones para el mismo grupo de pacientes, pero su indicación podría depender del grado de avance de la enfermedad.

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