Tener kilos de más como sobrepeso, una edad mayor a 45 años, antecedentes en la familia, consumir productos del tabaco y alcohol, ser sedentario, entre otros, son algunos de los factores de riesgo conocidos de la diabetes tipo 2.
Investigadores de España y Francia ahora descubrieron que el horario en que se realiza el desayuno por la mañana y se cena también pueden ser condicionantes para el desarrollo de la diabetes. Publicaron el hallazgo en la revista International Journal of Epidemiology.
El trabajo fue realizado por científicos del Instituto de Salud Global (ISGlobal), en España, y el Centro de Investigación de Estadísticas y Epidemiología de la Universidad de París en Francia. Tuvieron en cuenta a más de 100.000 participantes.
Los resultados demuestran que no solo el contenido y la cantidad de lo que se consume importa. También es clave el horario de las comidas, un hallazgo que se enmarca dentro de la llamada “crononutrición”, que es la asociación entre la alimentación, los ritmos circadianos y la salud para prevenir la diabetes de tipo 2 y otras enfermedades crónicas.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad por la cual los niveles de glucosa o azúcar en la sangre son demasiado altos. Si una persona la tiene, su cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa bien. Por eso, la glucosa permanece en la sangre y no ingresa en las cantidades adecuadas a las células.
Si no el desorden no es bien controlado, se pueden producir complicaciones como enfermedades cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal y amputaciones.
En el mundo, hay hoy 529 millones de afectados por la diabetes. Según un estudio que se había difundido en junio pasado en la revista The Lancet, en el año 2050 los casos se multiplicarán por más de dos.
Ya se sabía que saltarse el desayuno por la mañana puede influir en la alteración de los niveles de glucemia. Los investigadores de España y Francia entonces indagaron ahora en la asociación entre la frecuencia y el horario de comidas y la incidencia de diabetes de tipo 2. Evaluaron a 103.312 personas adultas (79% mujeres) que aceptaron formar parte del estudio de la cohorte francesa conocido como NutriNet-Santé.
Los participantes completaron un registro en la web con lo que habían comido y bebido durante 24 horas, en tres días no consecutivos, así como los horarios. El equipo investigador hizo un promedio del registro de dieta de los dos primeros años de seguimiento, y consideró el estado de salud de las personas participantes a lo largo de siete años en promedio. Se diagnosticaron 963 casos de diabetes de tipo 2 en los participantes durante el estudio.
Al analizar los resultados, los investigadores descubrieron que:
– Si se desayuna después de las 9 de la mañana, aumenta en un 59% el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, comparado con las personas que desayunan antes de las 8 de la mañana. Esto significa que tomar el desayuno antes de las 8 de la mañana podría ser considerado una práctica más saludable.
– Si se realiza una cena tardía (después de las 10 de la noche) también se aumenta el riesgo de tener diabetes. Por lo cual, los investigadores sugirieron que la cena debería ser antes de las 19 horas, una práctica que podría ayudar también en la prevención de la enfermedad.
El mismo grupo de investigadores ya había hecho un estudio previo que también había demostrado beneficios de la cena temprana. Cuando más temprano se cene, se baja el riesgo de cáncer de mama o de próstata.
“Nuestros resultados sugieren que una primera comida antes de las 8 de la mañana y una última antes de las 7 de la tarde podría ayudar a reducir la incidencia de diabetes de tipo 2″, explicó Manolis Kogevinas, doctor en epidemiología, investigador del Instituto de Salud Global (ISGlobal) y coautor del estudio, quien desde España dialogó con Infobae.
“Se ha demostrado que la respuesta de las células beta y la insulina son mejores en el desayuno que en la cena. Saltarse el desayuno se ha asociado en estudios con peor control glucémico”, contestó el experto sobre por qué el horario del desayuno importa.
“La importancia de nuestro estudio (aparte del hecho de que es muy grande y que la dieta se ha evaluado exhaustivamente) es que se trata del primer estudio prospectivo que investiga conjuntamente los horarios de todas las comidas, y el número de ocasiones para comer”, comentó.
Los patrones de dieta y los horarios durante el día no están independientes. “Por ejemplo, la falta de tiempo y apetito por la mañana son las principales razones para saltarse el desayuno”. Esto ocurre como consecuencia de que las personas cenan tarden por la noche.
También -comentó el doctor Kogevinas- la omisión del desayuno se ha asociado con menor niveles de actividad física, mayor consumo de alcohol y tabaco, una peor calidad de la dieta y un nivel socioeconómico más bajo. “En el estudio consideramos todos estos factores y por eso podemos concluir que el horario del desayuno es muy importante para el desarrollo de la diabetes”, resaltó.
Tras el análisis de los resultados, los investigadores también detectaron que a las personas que hacen comidas 5 veces al día les iba mejor. “Comer con más frecuencia se asoció una prevención del riesgo de diabetes tipo 2. Esto podría explicarse por una reducción de la concentración en la sangre de insulina y lípidos entre comidas a través de una reducción en la síntesis hepática del colesterol”, dijo.
Sin embargo, “aunque se trata del estudio más grande disponible, hay variación en los hallazgos de otros estudios sobre la frecuencia de las comidas y la diabetes”, reconoció. Por eso, consideró que se necesita más investigación para corroborar el resultado sobre las 5 comidas (habitualmente se aconseja 4 comidas).
Consultada por Infobae, la doctora Susana Beatriz Apoloni, secretaria de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Diabetes, médica especialista en nutrición, e integrante del servicio de Diabetes del Hospital Universitario Austral en Argentina, opinó tras leer el trabajo publicado en International Journal of Epidemiology: “El estudio parece interesante, con un tamaño de participantes importante y un seguimiento de más de 7 años. Sin embargo, habría que ver también las características de la población que incluyeron relacionadas con factores de riesgo para diabetes y qué calidad y cantidad de alimentos fueron ingeridos en el desayuno”.
El estudio “aporta información muy interesante”, consideró Carolina Gómez Martin, médica especialista en medicina interna y diabetes, codirectora de Cendia, en Concordia, Entre Ríos, e integrante de la comisión directiva de la SAD, en diálogo con Infobae.
“Lo destacable de este trabajo es que analiza en detalle muchos factores, lo que le otorga más fuerza a la asociación entre el horario de desayuno y el riesgo de diabetes. Para recomendar el desayuno antes de las 9 horas se necesitan más estudios que confirmen los resultados, pero lo significativo es que pone el foco en los horarios de las comidas, apuntando a la importancia de la cronobiología, más allá de la composición, las porciones o las calorías”, señaló Gómez Martin.
¿Qué sería un desayuno saludable? “Para reducir el riesgo de diabetes, sería aconsejable evitar el consumo de alimentos ricos en harinas refinadas (como pan blanco, cereales de desayuno, productos de panadería, como facturas y tortas), dulces o azúcares de rápida absorción. Se debería preferir el consumo de frutas enteras en lugar del jugo”, afirmó Apoloni.
Además, la experta expresó que “es aconsejable un desayuno con una adecuada distribución de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) acordes a las características individuales de cada persona, como parte de un plan alimentario completo, armónico y adecuado”.
Se recomienda elegir alimentos con bajo índice glucémico que generan menor hiperglucemia posprandial que es el aumento de la glucosa en sangre por encima de los niveles recomendados tras ingerir alimentos.
En tanto, Víctor Commendatore, coordinador del comité de prediabetes y director de la maestría de diabetes de la SAD, opinó que el estudio encontró una asociación entre el horario del desayuno y el desarrollo de la diabetes. “Ofrece una línea de investigación para el futuro”, resaltó.
Sostuvo a su vez que aún es aventurado llevar el resultado del estudio como consejo de rutina en la práctica clínica.
Para el experto, un desayuno adecuado para prevenir diabetes “posiblemente sería aquel que forme parte de un plan de alimentación que respete las cuatro leyes del Profesor Pedro Escudero, quien fue un pionero en los estudios sobre nutrición y diabetes en la Argentina: la alimentación debe ser suficiente, completa, armónica y adecuada”