La pandemia por coronavirus que todavía azota al mundo y causó casi 7 millones de muertos preocupó a las personas, que tomaron a la vacunación como la herramienta más eficaz para combatirla o aliviar la gravedad de la enfermedad COVID.
Es por eso que los científicos a cargo de su desarrollo en tiempo récord y basado en distintas plataformas, elaboraron las inmunizaciones con un esquema de dosis para generar una cobertura inmunitaria.
Si bien las dosis o refuerzos se aconsejan cada 6 meses en adultos mayores, un hombre de 62 años en Alemania ostenta el récord de vacunación contra el coronavirus al aplicarse 217 inyecciones en tan solo 29 meses.
La pandemia por coronavirus todavía persiste a cuatro años de su aparición (Freepik)
El caso, fue tratado por investigadores de la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU) y de la Universitätsklinikum Erlangen, que se enteraron de su caso a través de informes periodísticos. “Nos enteramos de su caso a través de artículos periodísticos”, explicó el doctor Kilian Schober, del Instituto Privatdozent de Microbiología – Microbiología Clínica, Inmunología e Higiene.
“Luego nos pusimos en contacto con él y le invitamos a someterse a varias pruebas en Erlangen. Estaba muy interesado en hacerlo”. Schober y sus colegas querían saber qué consecuencias tendría una hipervacunación como ésta. ¿Cómo altera la respuesta inmune?
En general, las vacunas contienen partes del patógeno o los elementos de construcción que las células de la persona vacunada pueden utilizar para producir estos componentes patógenos. Gracias a estos antígenos, el sistema inmunológico aprende a reconocer el patógeno real en caso de una infección posterior. Entonces puede reaccionar más rápida y enérgicamente. Pero, ¿qué sucede si el sistema inmunológico del cuerpo se expone con mucha frecuencia a un antígeno específico?
El ciudadano alemán se aplicó en forma privada las vacunas (REUTERS/Hannah Beier/File Photo)
“Este puede ser el caso de una infección crónica como el VIH o la hepatitis B, que presenta brotes regulares. Hay indicios de que ciertos tipos de células inmunitarias, conocidas como células T, luego se fatigan, lo que les lleva a liberar menos sustancias mensajeras proinflamatorias. Este y otros efectos provocados por el hecho de que las células se acostumbran a los antígenos pueden debilitar el sistema inmunológico. Entonces el sistema inmunológico ya no es capaz de combatir el patógeno con tanta eficacia”, explicó Schober.
El médico infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó a Infobae que “estos son casos aislados, no tiene ningún valor científico, porque se trata de un caso aislado, un hallazgo, que es algo interesante para estudiar, pero que no tiene valor como para generalizar una opinión. Este tipo de cosas no se deben hacer porque la hipervacunación puede provocar otras cosas y que no lo sabés, porque esto es muy reciente, hay que seguir evaluándolo, pero seguramente que no va a traer muchos beneficios para la defensa contra el COVID”.
“Las vacunas en general son muy distintas unas de otras para tratar distintos patógenos. Hay vacunas como la que es contra el toxoide del tétano, que si vos te aplicás sobredosis realmente son contraproducentes. Y hay vacunas que son a virus vivos activado, como la de fiebre amarilla, donde realmente una sobrecarga puede ser dañina o puede producir una enfermedad y complicaciones. Pero por eso son plataformas muy distintas y no se puede generalizar”, agregó el experto.
En el caso del ciudadano alemán, si bien no estaba claro qué efectos tendría una hipervacunación como ésta en el sistema inmunológico, algunos científicos opinaron que las células inmunitarias perderían eficacia una vez que se acostumbraran a los antígenos.
Pero los análisis publicados en la revista Lancet Infectious Diseases a los que se sometió el hombre de 62 años evidenció lo contrario. Su sistema inmunológico está en pleno funcionamiento y ciertas células inmunitarias y anticuerpos contra el SARS-CoV-2 están incluso presentes en concentraciones considerablemente más altas que en el caso de personas que solo han recibido tres vacunas.
“El individuo ha sido sometido a diversos análisis de sangre en los últimos años. Nos dio su permiso para evaluar los resultados de estos análisis. En algunos casos, las muestras estaban congeladas y pudimos investigarlas nosotros mismos. También pudimos tomar muestras de sangre nosotros mismos cuando el hombre recibió otra vacuna durante el estudio por su propia insistencia. Pudimos utilizar estas muestras para determinar exactamente cómo reacciona el sistema inmunológico a la vacuna”, sostuvo Schober.
Los expertos afirmaron que no recomiendan la hipervacunación (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los resultados mostraron que el individuo tiene una gran cantidad de células T efectoras contra el SARS-CoV-2. Estos actúan como los propios soldados del cuerpo que luchan contra el virus. La persona sometida a la prueba incluso tenía más de estas en comparación con el grupo de control de personas que recibieron tres vacunas. Los investigadores no percibieron fatiga en estas células efectoras, y fueron igualmente efectivas que las del grupo de control que habían recibido el número normal de vacunas.
Las células T de memoria son otro aspecto que exploraron los investigadores. Se trata de células en una fase preliminar, antes que las células efectoras. Al igual que las células madre, estas células pueden reponer una cantidad de células efectoras adecuadas.
“El número de células de memoria era tan alto en nuestro caso de prueba como en el grupo de control. En general, no encontramos ningún indicio de una respuesta inmune más débil, sino todo lo contrario”, explicó Katharina Kocher, una de las principales autoras del estudio. Además, incluso la vacuna número 217 que recibió el hombre durante el estudio tuvo efecto: como resultado, la cantidad de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 aumentó significativamente.
“Nuestro caso de prueba fue vacunado con un total de ocho vacunas diferentes, incluidas diferentes vacunas de ARNm disponibles. La observación de que a pesar de esta extraordinaria hipervacunación no se produjeron efectos secundarios notables indica que los medicamentos tienen un buen grado de tolerabilidad”, afirmó el doctor Schober.
El caso fue estudiado por expertos de Múnich y Viena (REUTERS/Dado Ruvic)
Sin embargo, aclaró que este es un caso individual. Los resultados no son suficientes para sacar conclusiones de gran alcance y mucho menos hacer recomendaciones para el público en general. “Las investigaciones actuales indican que una vacunación de tres dosis, junto con vacunas complementarias periódicas para los grupos vulnerables, sigue siendo el enfoque preferido. No hay indicios de que se necesiten más vacunas”, aclaró el experto. “Es evidente que no respaldamos la hipervacunación”, concluyó Schober en X (anteriormente Twitter).