Más de un centenar de científicos y doctores han firmado una carta en la que instan al Gobierno británico a reconsiderar sus planes de abandonar el próximo 19 de julio las restricciones impuestas por la pandemia, en lo que califican como un “experimento peligroso y poco ético”.
Esta carta, publicada en la revista científica “The Lancet”, llega tras el anuncio esta semana -y en plena tercera ola pandémica- del Ejecutivo de Boris Johnson sobre su intención de eliminar todas las restricciones y medidas de distanciamiento social el próximo 19 de julio, apodado como “el Día de la Libertad”.
Fuentes del Gobierno británico insisten en que la decisión definitiva sobre el asunto no se tomará hasta el próximo lunes, pero al mismo tiempo recuerdan, como dijo Johnson en sede parlamentaria, que si las restricciones no se levantan ahora, con los colegios cerrados y mayor actividad en el exterior, será muy complicado hacerlo a partir del otoño.
Bajo el punto de vista de los firmantes, es “poco probable” que se logre la inmunidad de la población antes del 19 de julio con los niveles de vacunación actuales, insuficientes para prevenir el crecimiento de la enfermedad.
Los científicos comentan que cualquier estrategia que tolere altos niveles de infección es “ilógica”, puesto que el virus continuará creciendo exponencialmente e infectará a millones de personas más, de las cuales cientos de miles acabarán con “enfermedades y discapacidades a largo plazo”.
Según el nuevo ministro de Sanidad británico, Sajid Javid, los casos diarios podrían llegar hasta los 100.000 durante los meses de verano de 2021, y los grupos más afectados, apuntan los científicos, serán los “niños y jóvenes no vacunados”.
Por el momento, los últimos datos oficiales muestran que al menos el 51 % de la población de Reino Unido se ha vacunado por completo, y el 68 %, parcialmente.
Además, algunos (20 %) serán inmunes por una infección reciente, pero, aún así, al menos 17 millones de personas están todavía desprotegidas contra el virus y la variante delta, de mayor transmisibilidad.
Esta estrategia, que preocupa a los expertos en cinco ámbitos, arriesgará a dejar a una generación con problemas de salud “crónicos”, que impactarán personal y económicamente durante décadas.
Asimismo, consideran que hace más probable la aparición de nuevas variantes del virus resistentes a las vacunas, y creen que las altas tasas de transmisión en escuelas y entre niños conducirán a una “interrupción significativa” de la educación.
El aumento de casos también incrementará las desigualdades sociales e impactará de nuevo en las comunidades desfavorecidas, pero también en los servicios de salud y en el personal sanitario, los cuales, aseguran, “no se han recuperado de las oleadas anteriores”.
Por este motivo, los 122 firmantes del comunicado urgen al Gobierno británico retrasar la reapertura completa “hasta que todos, incluidos los adolescentes”, hayan sido vacunados y hasta que las medidas de mitigación (reducción de aforo, ventilación adecuada, etc.) estén instaladas en las escuelas.
De lo contrario, avisan de que podrían ser necesarias “más restricciones y cierres” en otoño.