BUENOS AIRES (AP) — Rusia, el último país extranjero que colaboraba con alta tecnología en la localización del submarino argentino ARA San Juan, se retiró de la búsqueda ahondando la desesperanza de las familias de los 44 tripulantes de la nave desaparecida en noviembre.
“Finalizó la colaboración internacional de la Federación de Rusia y el (buque argentino) Islas Malvinas quedará a cargo de la búsqueda”, dijo a The Associated Press el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.
La decisión del gobierno de Vladimir Putin generó frustración entre los familiares de los tripulantes del sumergible desaparecido hace más de cuatro meses en aguas del Atlántico sur.
Rusia colaboraba en las tareas de rastreo con el buque Yantar, que según Balbi se dirige a Montevideo para reponer combustible y llegará aproximadamente el 7 de abril al puerto de Buenos Aires. Esa embarcación contaba con vehículos operados remotamente que podían sumergirse para visualizar objetos.
El submarino diésel eléctrico clase TR-1700 de fabricación alemana y en operaciones desde los años 80 desapareció el 15 de noviembre cuando navegaba desde Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, hacia su base en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, tras participar de un ejercicio de adiestramiento. La Armada ha descartado la supervivencia de los tripulantes y se ha abocado a la localización de la nave.
El operativo para hallarlo llegó a contar con la participación de 18 naciones y desde principios de año Rusia era el único país extranjero que colaboraba en la búsqueda que se desarrolla en un área de 4.000 kilómetros cuadrados.
La retirada de Rusia fue comunicada días atrás por autoridades de la Armada argentina a familiares de los tripulantes que reciben en la base naval de Mar del Plata el parte diario de cómo transcurren las tareas de rastreo.
Más de 70 objetos hundidos y posados en la profundidad marina fueron investigados hasta el momento sin éxito.
El gobierno de Mauricio Macri ha ofrecido una recompensa de unos cinco millones de dólares por datos sobre la ubicación del sumergible.
La Armada cuenta con buques que detectan objetos mediante instrumentos como sondas de barrido lateral y ecosondas. Sin embargo, no cuenta con tecnología para inspeccionar de manera visual, detallada y a gran profundidad.
“Los rusos se han retirado y no quedan los sumergibles… y los buques argentinos no tienen la tecnología necesaria para encontrarlo”, se lamentó Luis Tagliapietra, padre de Alejandro Tagliapietra, tripulante del submarino, en declaraciones a AP.
Tagliapietra indicó que varios familiares intentan que el gobierno contacte a la empresa privada Sistemas Electrónicos Acuáticos (SEA), con oficinas en Miami, Estados Unidos, para que lleve a cabo la búsqueda. “Pero el gobierno da muchas vueltas”, señaló.
Asimismo consideró que Argentina debería convocar de nuevo a “Estados amigos para que colaboren” como Chile, que cuenta con un buque oceanográfico. “Estamos en un estado de desidia”, afirmó.
Tagliapietra y otros familiares son querellantes en la causa judicial que busca determinar qué le ocurrió al ARA San Juan. La justicia argentina también investiga si se produjeron irregularidades en la reparación de media vida de la nave entre 2008 y 2014.
Días atrás varios familiares denunciaron al ministro de Defensa, Oscar Aguad, por presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público, abandono de persona y traición a la patria.
Las autoridades han descartado la posibilidad de que el submarino haya sido objeto de un ataque por parte de una flota extranjera en un hecho vinculado a su misión de detectar la presencia de embarcaciones ilegales en la zona de pesca argentina.
El día que desapareció el comandante del ARA San Juan informó que la nave había sufrido una avería a raíz de la entrada de agua a las baterías a través del snorkel -el dispositivo por el cual el sumergible toma aire de la superficie para operar sus motores-, pero que el incidente había sido resuelto. Horas después se registró una explosión cerca de donde se había perdido contacto con la nave.
Una de las hipótesis que se barajan es que el submarino se hundió hasta al fondo, donde sufrió una implosión o colapso. En ese caso la energía se habría comprimido, generando una rotura hacia adentro.