El decreto del alcalde, Marcelo Crivella, fue publicado la noche del sábado en una edición extraordinaria del Diario Oficial del Municipio y prevé que las mascarillas sean usadas por quienes visiten establecimientos públicos y privados que están funcionando o que circulen por playas, calles y en el transporte público.
“Es importante decir que las mascarillas que estamos tornando obligatorias son las comunes, las hechas en casa. Las profesionales, como determina el Ministerio de Salud, las vamos a dejar para los profesionales de la salud”, apuntó Crivella en un vídeo divulgado este domingo en sus redes sociales.
Para el alcalde, “si todo el mundo usa mascarilla profesional van a faltar ellas dentro de los hospitales y por eso se pide a las personas que usen las caseras”.
La medida entrará en vigor el próximo 23 de abril y las personas que no porten las mascarillas podrán ser impedidas de entrar en bancos, supermercados, farmacias, autobuses, metro y taxis, entre otros locales que permanecen abiertos.
La sanción prevé multas que se estipulan por “dejar de ejecutar, dificultar u oponerse a la ejecución de medidas sanitarias promulgadas con el objetivo de prevención de enfermedades transmisibles y su diseminación, de preservación y de manutención a la salud”.
No obstante, Crivella aclaró que más que buscar “castigar” a las personas, la medida, que fue tomada en conjunto con el Comité Científico y el Gabinete de Crisis creado por el ayuntamiento, busca “concientizar” a la sociedad sobre la importancia de cuidarse y “autofiscalizarse”.
En el más reciente reporte oficial del Ministerio de Salud, divulgado el sábado, Brasil registraba 2.352 muertes y 36.599 casos confirmados por la COVID-19.
El estado de Río de Janeiro, con la pandemia concentrada en su capital regional homónima, ocupaba en la fatídica estadística la segunda posición en número de muertes, con 387 óbitos, detrás de Sao Paulo (991), y la tercera en contagios, con 4.543 casos, superado por Sao Paulo (13.894) y Amazonas (11.897). EFE