Santiago. Los operativos masivos contra la inmigración haitiana todavía no han tocado a las parturientas de la vecina nación que a diario acuden para recibir los servicios médicos de la maternidad Renée Klang de Guzmán, del hospital Rafael Estrella Ureña.
Sin embargo, de manera frecuente son apresados los haitianos a la entrada del hospital, lo que genera malestar entre los usuarios extranjeros.
Yadeline Israel, una mujer residente en la zona suroeste del municipio de Santiago de los Caballeros fue sometida recientemente a una cesárea y su hijo continúa recibiendo atenciones en el Estrella Ureña, debe permanecer acostada en una manta hasta recibir la noticia de que pueda visitar la criatura.
A pesar del temor, la mayoría de parturientas y sus familiares aseguran reciben las atenciones médicas sin ningún inconveniente. No obstante, rechazan referirse a la situación por la que están atravesando con el arrecio de los operativos contra la migración haitiana.
Afluencia masiva
De acuerdo con los datos del hospital Estrella Ureña, ese centro destina 25 millones de pesos mensualmente para servicios a pacientes extranjeros, debido a un aumento de hasta un 42 por ciento en las parturientas que llegan a dicha maternidad.
De 25 a 30 partos diarios que se llevan a cabo en la maternidad, 15 y hasta 18 casos son de extranjeras haitianas.
Wendy Osirus, trabajador social y embajador de buena voluntad y esperanza por Haití, del Movimiento por los Derechos la Paz y la Justicia Global (MONDHA,) reconoce que el Estado dominicano tiene el derecho de deportar a los migrantes irregulares, hacer cumplir las leyes de su país y todos los demás, pero considera debe hacerse sin que exista espacio para el odio y la xenofobia.
Diáspora haitiana pide fortalecer lazos
Wendy Osirius propone que podamos fortalecer los puntos que unen a ambas naciones y sus ciudadanos y no en las que dividen. “No merece la pena luchar por bandera sino por toda la humanidad toda. Los derechos están por encima de todas las cosas materiales. La relación entre Haití y República Dominicana es eterna, porque somos alas de una misma ave”, dice Osirius.