Santiago. Los 107 alumnos de la escuela de sordos siguen sin iniciar el año escolar por la tardanza en los trabajos de su local, mientras que en Monte Adentro una gran parte de los estudiantes sigue sin inscribirse ante la falta de espacios.
Representantes de organizaciones agrupadas en una Coalición Comunitaria, en Monte Adentro, reclaman la terminación de la escuela María Secundina Torres, que ya lleva siete años en construcción y que actualmente se ve abandonada en medio de malezas y estiércol de vacas.
Mientras los estudiantes reciben la enseñanza hacinados en una casucha, el centro educativo tiene un 77 por ciento de la infraestructura terminada, el resto tendría un costo de 43 millones de pesos, pese a que han insistido con las autoridades de la importancia de éste, ha sido imposible el desembolso de los recursos.
Problemas de espacio
Para que los niños no perdieran el año escolar se vieron obligados a iniciar la docencia en una escuela antigua con capacidad para 300 estudiantes, y dividir a los matriculados que son 510 en 18 secciones, matutino y vespertino.
Mercedes Veloz, directora del centro, explicó que la escuela donde actualmente están alojados presenta un deterioro progresivo por la antigüedad.
En tanto que el representante de la sociedad de padres, Richard Torres, dijo que la escuela tiene alrededor de dos años paralizada, lo que provoca deserción escolar y los más aplicados viajan a los municipios de Licey y Tamboril a recibir docencia.
Para el sacerdote Rayner Vásquez, miembro de la coalición y que habló en representación de la comunidad católica, resulta contradictorio que las autoridades se nieguen a terminar la escuela, cuando supuestamente trabajan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Escuela de sordos busca lugar de alquiler
Con los trabajos iniciados por el Ministerio de la Vivienda, la dirección de la escuela de sordos busca un nuevo espacio en alquiler para alojar a los niños.
Mientras que la Asociación de Profesores, seccional Licey, denuncia déficit maestros y de butacas, escritorios. Dice que la calidad del almuerzo y desayuno escolar está muy por debajo de los estándares aceptables.