Mao. La intención de tener un mayor control migratorio, reducir las muertes por accidentes con la colocación de policías acostados y reductores se ha convertido en un dolor de cabeza para los conductores.
En total suman 51 los policías acostados y 8 los reductores colocados en el trayecto de Navarrete a Montecristi. Solo desde Maizal hasta Laguna Salada fueron colocados seis, que según propietarios de centros comerciales y representantes de juntas de vecinos, la medida acogida obedece a la necesidad de ver reducir la cantidad de muertes por accidentes que se registraban diariamente por esa carretera. “Sabemos de los inconvenientes que esto ha conllevado y más para los que deben ser trasladados en ambulancias, pero tuvimos que decidir entre un mal y otro y escogimos el menos malo que es colocar los reductores en puntos donde antes se registraron accidentes con saldos trágicos”, expresa Félix Vargas, propietario de una surtidora.
Las quejas
Vargas recuerda como en una ocasión el chofer de un autobús penetró al negocio tras perder el control, al manejar con imprudencia y muy alta velocidad. El sindicalista Juan Marte, quien preside la Central Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT), dijo que casi en su totalidad fueron colocados violando la antigua Ley 241 y ahora la 63 – 17. “En la República Dominicana hay policías acostados frente a las escuelas, colegios, hospitales, zona de envejecientes y militares. Este tipo de policías acostados lo favorecemos y lo apoyamos”, expresó.
Dijo que otros fueron instalados en franca violación a ley y son causantes de una grancantidad de accidentes fatales con secuelas y pérdida de vidas. Los cibaeños que acuden a hacer turismo interno con destino hacia dichos poblados muestran sus quejas, debido a las molestias que ocasionan la colocación arbitraria de los policías acostados.
Buscan evitar accidentes y control migratorio
Los llamados policías acostados son colocados en urbanizaciones de clase media y alta, en toda la zona sur y noroeste del país como supuestos chequeos militares y en zonas rurales para detener la velocidad excesiva de deliverys y motoconchos. Lucilo Peña, residente en la comunidad de Maizal, reconoce los percances que ocasionan pero defiende su colocación estratégica.