Santiago. Las investigaciones de Ministerio Público y la Policía Nacional determinaron que se trató de una confusión la tragedia donde resultó ultimado un “delivery” y linchado un obrero de nacionalidad haitiana y otro dejado en estado crítico.
Las pesquisas arrojaron que el repartidor Daniel Francisco Espejo Ramos, de 20 años de edad, resultó muerto a manos de su tío Gabriel Beato cuando disparó contra dos haitianos que se encontraban tumbando mangos.
Una fuente ligada la investigación, informó que cuando la comunidad escuchó un disparo, pensó que fue hecho por los dos haitianos que se encontraban en el árbol y que la intención era robar.
La confución llevó a que la turba la emprendiera contra dos haitianos, que se encontraba en la zona, y que ni siquiera tenían que ver con los que tumbaban mangos.
Someterán pariente de “delivery”
Por la muerte de Espejo Ramos, el Ministerio Público someterá a su tío Gabriel Beato. El hecho es investigado por separado por dos equipos de fiscales, uno para la muerte del repartidor y otro para determinar los responsables de linchar al extranjero y dejar en estado de gravedad al otro compañero, ambos sin identificar por las autoridades.
Ante las amenazas de continuar la agresión de dominicanos contra integrantes de la comunidad haitiana, agentes policiales fueron apostados en esa zona para prevenir posibles enfrentamientos.
En el Colmando Beato donde laboraba como repartidor Espejo Ramos fueron colocados dos agentes del orden.
El informe policial explica que a raíz de ese hecho, moradores del sector Matanza, al escuchar un disparo, mal interpretaron que dicho homicidio lo habían cometido los dos hombres de nacionalidad haitiana, a quienes le dieron persecución.
Versiones contrarias en torno a la tragedia
La primera versión establecía que Espejo Ramos fue ultimado para despojarlo de su motor. La otra información suministrada refería que el “delivery” notó la presencia de dos hombres de nacionalidad haitiana que se encontraban en una mata de mango con la intención de penetrar por el techo de zinc a una vivienda, por lo que empezó a gritar pidiendo ayuda.