Santiago. Las 300 familias dominicanas y haitianas que levantaron hace más de dos décadas el improvisado barrio Río Centro, comparten la miseria y hacinamiento.
El cincuenta por ciento de los que construyeron sus casuchas, prácticamente en las aguas del arroyo de Gurabo, son haitianos que salieron huyendo desde la vecina nación para buscar un mejor futuro.
Sin embargo, la realidad le ha chocado de frente y se han visto en la necesidad de construir casuchas con retazos de madera o de hojalata, en la ribera de la fuente acuífera o debajo del puente.
Lalana Altima llegó hace 10 años desde su natal Puerto Príncipe, con el propósito de ayudar a su familia en Haití. Altima vive en condiciones paupérrimas junto a un hijo que nació en la República Dominicana.
Niños de ambas nacionalidades se desplazan descalzos y juegan sin importar los altos niveles de contaminación del arroyo.
Pobreza
En el caso de la dominicana Elizabeth Jiménez, también tiene 10 años que se mudó a Río Centro, conocido como Radio Centro, por ser levantado cercano a la empresa que lleva dicho nombre.
“Aquí vinieron en campaña política, colocaron afiches y nos hicieron promesas que se olvidaron tan pronto terminaron las elecciones”, expresó Jiménez.
Jiménez quien es nativa del sector Bella Vista, en la parte suroeste del municipio de Santiago de los Caballeros se mudó a una casa que dejó su abuela y que dijo compró hace un tiempo, a pesar de que se trata de una barriada improvisada.
A la entrada de la comunidad Miguel Martínez, construyó un pequeño negocio de venta de desayuno.
Martínez, quien ha crecido en la barriada, asegura que la mitad de los que habitan el sector son de nacionalidad haitiana.
Santiago con decenas de barrios en hacinamiento
Con el paso de los años, en Río Centro han instalado talleres de ventanas, colmados y otros negocios. En la misma situación de miseria viven sus vecinos del otro lado del arroyo, en la comunidad Las Cayenas. En el barrio San Miguel del sector El Ingenio, del distrito municipal Santiago Oeste, los dominicanos y haitianos comparten los mismos niveles de miseria.
