Santiago. Además de ser víctima de robos constantes, la escuela de sordos, que acoge a 137 estudiantes con edades desde tres hasta 21 años, presenta todo tipo de precariedades.
El local, construido en madera y dos anexos en cemento y block que ya presentan grietas, funciona desde 1985 en la avenida Juan Pablo Duarte. Delfina Hidalgo, directora del centro escolar, informó que para acoger a menores para el nivel inicial trabajan en el acondicionamiento del espacio de aparcamiento. Aunque la oficina de la dirección también está construida en block y cemento, presenta grietas, lo que facilitó que este fin de semana los delincuentes penetraran por tercera ocasión al lugar, cargando hasta con el dinero recaudado por las donaciones hechas para las becas de estudiantes. Las pocas ayudas que reciben provienen de instituciones privadas.En la primera ocasión, hace alrededor de cinco meses, los maleantes robaron ocho abanicos y en la segunda otros dos.
Reincidente
El pasado domingo, cargaron con computadoras laptop, una indeterminada cantidad de dinero y hasta camisetas. Para penetrar al local rompieron una persiana de hierro y abrieron varias puertas. Aunque la policía científica se presentó al lugar, todavía carecen de pistas sobre quiénes están detrás de la acción delincuencial. Hidalgo dijo que desde hace un largo tiempo vienen solicitando al ministro de Educación, Andrés Navarro, que realice una visita a la escuela de sordos, y se le asigne la ayuda económica necesaria para la construcción de un nuevo local.
Actualmente el Ministerio paga los salarios de 12 de los maestros que imparten docencia en la escuela, de un total de 22 empleados con que cuenta. “Necesitamos además de seguridad, que sea designado un portero, debido a que no tenemos”, apuntó Hidalgo al hablar con reporteros de el Caribe.
Denuncian inseguridad en sector Cienfuegos
También, el local del programa Niños con una Esperanza, que dirige el pastor Pablo Ureña y que se encuentra en el sector de Cienfuegos, en la parte oeste de la ciudad, fue víctima de los delincuentes. Los ladrones cargaron con baterías y afectaron un proyecto de crianza de peces. Ureña cree que se trata de personas cercanas al lugar, debido a que penetran encapuchados.