Santiago. El poco interés que muestran los dominicanos para entrar al sacerdocio se ha comenzado a reflejar en una baja sustancial en los espacios de formación de curas; al parecer, motivada por los escándalos y pérdidas de valores en la fe.
De acuerdo a Tomás Morel Diplán, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago, el seminario San Pío X, que desde hace más de 57 años funciona en Licey al Medio, apenas cuenta con 13 seminaristas. “Hay que entender que en el país hay once seminarios y en cada uno hay entre 15 y veinte estudiantes o seminaristas optando para sacerdotes. Con el San Pío X de Santiago sucede que antes teníamos gentes de Mao, de Puerto Plata y de Montecristi”, apuntó el también rector del seminario San Pío X. Morel Diplán recuerda que diez años atrás, contaban entre 20 y 25 seminaristas, es decir que prácticamente se ha reducido a la mitad.
Posibles motivaciones
Entiende que uno de los factores más determinantes, aparte de los escándalos en que se han envuelto algunos sacerdotes, es la descomposición familiar y los problemas en los hogares.
Esa reducción también es atribuida por el religioso a la situación por la que atraviesa el país, con la violencia, la realidad familiar, la educación en la familia y la fe en los hogares. Morel Diplán refiere que regularmente cuando un niño ingresa al seminario llega de una familia con raíces cristianas, pero hoy día hay muchos problemas de estabilidad en los hogares.
“Muchas veces son familias con problemas disfuncionales, con problemas de integración y que no viven su vida cristiana y salen de vocaciones”, puntualiza.
Morel Diplán indicó que esos jóvenes no tienen claro el horizonte, y luego no pueden hacer el proceso de formación vocacional porque no tienen los elementos fundamentales que nacen y que se cultivan en el hogar.
Sacerdotes rezan para despertar vocación
Las preocupaciones de Morel Diplán, sobre el desinterés que han mostrado los jóvenes para entrar a los seminarios, son refrendadas por el arzobispo de la arquidiócesis de Santiago, Freddy Bretón. Estos, al igual que otros religiosos de la iglesia católica, han externado esta realidad y elevan sus plegarias en cada misa para que se despierte la vocación sacerdotal.