Santiago. A 22 años de haber sido inaugurado el Palacio de Justicia Federico Álvarez, su infraestructura presenta un avanzado deterioro, y el espacio se reduce, obligando a que dos cortes funcionen en una misma sala.La obra construida durante el último período de Gobierno de Joaquín Balaguer, en el año 95 y equipada en la gestión de Leonel Fernández, tiene cuatro entradas, pero apenas una permanece abierta. Abogados consultados lamentan que apenas en dos ocasiones la edificación ha sido sometida a un trabajo de limpieza y pintura. Los juristas dicen que se requiere con urgencia un proceso de intervención para quitar la parte oscura que se observa en los techos de cristales y paredes. En la parte frontal que da a la avenida Mirador Yaque, el Palacio de Justicia presenta el mayor descuido, con parte de las losetas rotas y ni siquiera tiene la placa colocada durante su construcción que establece la fecha en que fue levantado.
Dificultades
La mayoría de vehículos incautados se encuentran arropados por la hierba. La falta de un espacio adecuado ha ocasionado que la mayoría de estos carros y yipetas, algunos de lujo, se pudran al quedar expuestos al sol, agua y sereno. En la parte interior, ni siquiera cuentan con extintores o mangueras, por lo que en el caso de ocurrir un incendio, no tendrían capacidad de respuesta. El abogado Kilvio González dijo que con el paso de los años, el Palacio de Justicia ha quedado pequeño, debido a la cantidad de personas que acuden a diario.
Puso como ejemplo que en el caso de las recientes creaciones de las salas deben esperar a que terminen los jueces de otro tribunal, para que el otro magistrado suba. Lo mismo ocurre con la creación de otra corte penal, que para subir a un rol de audiencia, debe dejar que los otros jueces conozcan primero, pues comparten la misma sala.
Usuarios tienen dificultad para aparcar
En el caso de los espacios de aparcamientos, los mismos resultan insuficientes, al punto que muchos deben dejan sus vehículos en las aceras de las avenidas. Esta ha sido una queja constante de los usuarios que reclaman parqueos vigilados para poder realizar labores asiduas o las ocasionales en este lugar que además requiere de mejorar calidad de otros servicios.
