Santiago. Un movimiento feminista y comerciantes desmintieron la supuesta rebaja de precios de los productos básicos de la canasta familiar.
Raquel Rivera, vocera del movimiento feminista Hermanas Mirabal, condenó que mientras las amas de casas tienen que ingeniárselas para para comprar lo básico para la alimentación de la familia, las autoridades estén repitiendo un discurso falso.
“Esas rebajas de precios solo están en el imaginario de los funcionarios que quieren aparentar un supuesto crecimiento económico y cuando se habla de un crecimiento económico eso tiene que incidir en la calidad de vida de los dominicanos, y es todo lo contrario”, explicó Rivera.
Añadió que la realidad es todo lo contrario, porque en el caso particular de las mujeres que son las que llevan la peor carga y han tenido que ir limitando el consumo de muchos productos por los altos precios, y ya están en un punto de impotencia, al no tener otras opciones para sobrevivir.
Aumentos inesperados
Raquel Rivera dijo que muy por el contrario, hay varios productos, que meses atrás tenían un precio más o menos asequible, y han aumentado de precio de manera inesperada y exagerada.
En ese mismo sentido se pronunció el presidente de la Asociación de Comerciantes Detallista, José Pascual Núñez, quien explicó que el único producto que ha bajado de precio es el ajo, pero los aceites, huevos, arroz, pollo, entre otros, siguen muy caros.
Ante esa situación, denunció Pascual Núñez que las amas de casa descargan su impotencia en los colmaderos, a quienes les reclaman los aumentos. Afirmó que esas rebajas anunciadas por el gobierno quizás se han producido en las grandes cadenas de supermercados, por lo que sugirió beneficiar a los detallistas de las mismas para que la clase pobre pueda percibirla.
Hacen malabares para costear la alimentación
Pascual Núñez denunció que no hay control en los precios de los productos de la canasta básica, y que muchas amas de casa van a comprar y no pueden llevarse lo que necesitan por completo, ya que con lo que antes compraban tres libras de arroz ahora compran dos, y que en el hogar que solo trabaja una persona, tienen que hacer malabares para costear la alimentación.