Santiago. La ocupación de zonas vulnerables para la construcciones de viviendas es cada vez más recurrentes, debido a la permisibilidad de las autoridades.
El director de la Defensa Civil, Francisco Arias, asegura que el 80% de las viviendas construidas en arroyos y cañadas están alquiladas, por lo que hace un llamado tanto a la Alcaldía, Medio Ambiente e Inmigración para impedir que esos espacios sean ocupados. El pasado lunes una vivienda con tres personas en su interior se desplome en el sector Villa de Jagua en esta ciudad. La casa propiedad de Salvador Mejía, fue levantada en pleno cauce de la cañada de La Lotería y era utilizada en alquiler por familias haitianas. Los ocupantes de la vivienda, sufrieron leves heridas, pero lograron salir con vida y refugiarse junto a amigos. Para llegar hasta la improvisada barriada limítrofe entre los sectores Villa Jagua y El Ensueño, sus moradores utilizan una angosta escalera en cemento que comunica hasta las casas en su mayoría construidas en block, madera y zinc.
Zona vulnerable
La vulnerabilidad de esa zona pone varias viviendas a punto del colapso. Sus moradores reconocen la situación que enfrentan, debido a que cada vez que llueve con gran intensidad, la cañada de la Lotería inunda sus las casas. Con el paso del huracán María, varias viviendas, establecimientos comerciales y hasta una avenida colapsaron en los sectores El Retiro y El Ensueño.
Hasta el momento, las autoridades de Obras Públicas y la Alcaldía de Santiago no ofrecen respuesta y por el contrario la vía principal amenaza con aislarlo. La falta de controles, permite el crecimiento vertiginoso y en medio del hacinamiento de casuchas en el improvisado barrio El Fracatán levantado en la ribera de la cañada de Nibaje. Se calcula que superan los 500 hogares, lo que preocupa los organismos de socorro.
Proyecto para desahogar ciudad fue arrabalizado
El trayecto donde fueron levantados los barrios El Fracatán y Los Guandules, desde finales de gobierno de Hipólito Mejía, cuando se quiso retomar la llamada Avenida Ecológica, que conectaría desde la Villa Olímpica hasta el casco urbano y permitiría desahogar el tránsito vehicular, pero la indiferencia de las autoridades y constantes invasiones lo han impedido.