Santiago. Ante las dificultades para practicar el ADN y determinar de quiénes son los restos hallados durante las excavaciones en el viejo cementerio de Santiago, la Iglesia católica construirá una urna y colocará una tarja conmemorativa en el entorno de la catedral Santiago Apóstol.

Alexander Rodríguez, director técnico de la catedral, dijo que el espacio para guardar lo poco que quedó de los que fueron sepultados en el camposanto antiguo, ya fue concluido y solo falta que se lleve a cabo el pequeño acto que será después de las fiestas patronales que concluyen el 25 de este mes.

En medio de las excavaciones en la calle Duvergé, al lateral de la catedral por el proceso de remodelación del centro histórico fueron encontrados fragmentos de restos del antiguo cementerio de la ciudad que data desde los 1800.

Por su estado y fragmentación no fue posible ningún tipo de identificación y el incendio de 1863 que destruyó la ciudad, también devastó todos los datos de posibles reconocimientos.

Durante ese tiempo fue rescatada una cantidad de fragmentos, los cuales serán depositados en una pequeña urna para ser enterrados en la misma área en un pequeño acto. En el mismo espacio se colocará una tarja conmemorativa. El lugar escogido está ubicado frente a la casona de la calle Duvergé.

Investigación

Tras el hallazgo de los restos óseos, un equipo del Museo del Hombre Dominicano y el departamento de antropología del Ministerio de Cultura explicaron que los fragmentos fueron encontrados por uno de los encargados de la obra, que notificó de inmediato.

Ante el descubrimiento la obra fue paralizada hasta concluir las investigaciones, pero fue retomada y terminada.

Durante una experticia más atenta y detallada en el terreno de parte del arquitecto Juan Francisco Tineo, de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, ha concluido que la estructura encontrada en las excavaciones de la calle Benito Monción es anterior a 1937 y no es ni formó parte de un pozo séptico.

Las pesquisas establecen que se trata de un desagüe como ya lo había planteado en su hipótesis investigativa el historiador Edwin Espinal.

De acuerdo con las investigaciones, la aparición de restos humanos en el tramo de la calle Duvergé entre las calles Benito Monción y 30 de Marzo, en Santiago, a un costado de la Catedral Santiago Apóstol, fueron encontados en medios de la excavación de zanjas para la colocación de tuberías para el cableado de la iluminación exterior del templo, conduce a confirmar el dato ofrecido por Gaspar de Arredondo y Pichardo en 1805 de que, para entonces, el cementerio de la ciudad se hallaba frente a la iglesia parroquial.

Con motivo de las excavaciones que se realizan en la calle Benito Monción en Santiago, en el tramo comprendido entre las calles Restauración e Independencia, frente al arranque de la calle Peña y Reinoso, al pie de su acera este, quedó al descubierto una alcantarilla de mampostería de ladrillos.

Hallazgos durante proceso en cementerio

Entre los restos encontrados figura un arco rebajado y una parrilla de hierro en su interior, que por su dimensión, se cree que pudo formar parte de los desagües construidos por el ayuntamiento al filo del siglo XIX para recoger las aguas de las calles y preservarlas de la erosión, así como evitar la formación de fangales. Esto se hizo como respuesta a la búsqueda de una solución maestra para el desagüe de la ciudad.

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