Santiago. Los constantes deslizamientos de tierra y el temor a quedar sepultados mantiene alarmados a los moradores del barrio San José y La Mina que llevan más de una década en espera de desalojo.
La improvisada barriada ubicada al sur de Santiago, que empezó con la construcción de algunas casuchas, ha vivido un crecimiento acelerado y de forma desorganizada. Se estima que es habitada por aproximadamente 700 familias de dominicanos y haitianos.
Aunque la alcaldía de Gilberto Serulle inició la construcción de muros de gaviones, los trabajos están abandonados.
“Una vez la alcaldía levantó un censo por el peligro que corremos los que vivimos aquí, pues el hoyo está formado por aguas subterráneas. Lo que se planteó fue que aquí fueran sacadas las gentes y hacer un parque ecológico”, recuerda Ursina Ortega.
La lluvias han ido destruyendo parte de la calle Mamá Tingó, al punto que parte de los contenes caen entre las viviendas.
Mercedes Delgado es la víctima más reciente de los deslizamientos de tierra, que ocasionaron la destrucción de su vivienda.
“Ahora mismo estoy con seis personas en una casa que me prestaron. La mayoría de los que viven aquí conmigo son niños muy pequeños que deben estar en hacinamiento y sin saber para dónde coger”, apunta Mercedes Delgado.
Otra vecina corrió la misma suerte y tuvo que marcharse a casa de una amiga, pues los deslizamientos ocasionaron el colapso total de la vivienda.
Luz Ovalle, dice que cuando llueve, los moradores del hoyo de San José y la Mina duermen con temor a que pueda ocurrir una tragedia.
“Ya no sabemos a quién acudir, con una gota de lluvia y las casas se llenan de agua”, puntualiza.
A escasa distancia, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la comunidad colocaron un letrero de cierre de un terreno que con los hundimientos causó el desplome de once casas hace varios años.