Santiago. Los planes de la alcaldía de Santiago de los Caballeros, de iniciar un plan para adecentar el Hospedaje Yaque, fueron rechazados por los buhoneros del mercado.
Un comunicado enviado por la dirección del mercado a los vendedores da un plazo de tres días para retirar, de manera voluntaria, todas las lonas y colocar en casetas las mercancías que se encuentran en el suelo entre las calle 16 de Agosto y Pedro M. Hungría.
La mayoría de los buhoneros carecen de casetas y ocupan las aceras y prácticamente la calle, lo que obstaculiza el tránsito. Estos inconvenientes han motivado a muchos a plantear a las autoridades municipales buscar una solución a la problemática. “Para sacarnos a nosotros de aquí tendrán que buscarnos un espacio para poder vender nuestras mercancías”, expresó Humberto Ventura, quien se dedica a la venta de plátanos.
Saneamiento
El plan de la alcaldía es iniciar la limpieza en el tramo comprendido entre el puente Mateo Pelón en la avenida Mirador Yaque y la calle 16 de Agosto.
Quienes transitan por vías como la Pedro M. Hungría, la Del Sol o por la Fernando Valerio califican como un riesgo el tener que desplazarse por estas calles, debido a que son ocupadas por los vendedores. La administración advierte que de no acatar el cumplimiento de las normas de sanidad, las autoridades del mercado Hospedaje Yaque se verán en la obligación de incautar y retirar todas las lonas y casetas que no se le estén dando el uso adecuado y cargarán con los vegetales y mercancías que estén en el suelo.
Diversos sectores, incluido el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), han propuesto construir un nuevo mercado, pero la idea ha caído en un punto muerto, a pesar de que un ministro de Agricultura de la primera gestión de gobierno de Danilo Medina lo anunció.
Espacio desbordó su capacidad
El Hospedaje Yaque, que comenzó a operar en el año 1953 como un pequeño espacio para comerciantes y vendedores ambulantes en el sector La Joya, actualmente se extiende en 5,819 metros cuadrados y es el principal reto que enfrenta la ciudad en su plan de reorganizar los espacios públicos, debido a que luce sucio, desbordado y contaminado.