Santiago. De niña, la agente de policía Acne Núñez tenía una obsesión con dibujar la casa que alojaba a la familia Simpson, de la popular serie de dibujos animados.
Su deseo de ser arquitecta lo descubrió de pequeña, cuando le explicaron de esta profesión, el don de dibujar y hacer realidad la infraestructura familiar.
Acne estuvo el pasado sábado dentro del grupo de los 874 profesionales titulados en la graduación número 111 de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), campus Santiago.
La agente policial proviene de una familia militar,. S e alistó para ingresar a la Policía Nacional luego de cumplir sus 18 años y combinó su trabajo de servicio público con sus estudios universitarios para convertirse en arquitecta.
Ahora graduada, ve la oportunidad de seguir fusionando el quehacer policial con su nueva profesión.
“Hay mucho trabajo que se puede hacer combinando la arquitectura con la Policía. Con los destacamentos, por ejemplo, que logren una mejor experiencia, que la gente no tenga miedo de entrar a un destacamento, que se sienta mejor recibido”, explica la joven de 22 años.
“Veo el interés que tiene la Policía de que la ciudadanía no siga viendo como ese ‘lado malo’ y quiero ayudar, sobre todo, a crear esa experiencia positiva”, insiste la profesional
“Mucha gente que entra la policía cree que ya no puede hacer otra cosa, pero sí se puede. Actualmente, desde la reforma policial, la institución está buscando eso, que sean profesionales todos los policías, que se preparen”, expresa Acne.
Refiere que fue así como logró negociar sus horas de patrullaje con las clases. Cuando le tocaba servicios para Semana Santa, Navidad, elecciones, los profesores daban la facilidad para reponer las tareas y las clases.
“La colaboración de las dos partes. La policía me colaboraron con el tiempo que necesitaba para estudiar y los profesores también entendían cuándo, por servicio, no podía asistir a una clase”.