Ortiz prometió que los puertorriqueños verán cambios substanciales a inicios del año próximo en la compañía eléctrica y en sus facturas, ya que el gobierno se encamina a privatizar la generación de electricidad y otorgar concesiones para transmisión y distribución.
“No podemos estar planificando mucho más. Todos ya sabemos lo que hay que hacer”, dijo.
Ortiz también dijo que su prioridad será llegar a un acuerdo con acreedores y resolver la deuda pública de 9.000 millones de dólares de la compañía. “Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es sacarlo de la quiebra”.
El gobernador Ricardo Rosselló está entre quienes han sido culpados por los problemas actuales en la compañía. Un día después del nombramiento del previo director general la semana pasada, Rosselló emitió una declaración en la que dijo que el salario de 750.000 dólares no era apropiado dada la crisis económica de la isla y dijo que cualquier miembro de la junta que no estuviese de acuerdo debería renunciar. Cinco de los miembros lo hicieron, incluyendo el director general.
Rosselló defendió sus acciones y dijo que la energía es el “pilar de nuestra sociedad”.
“La transformación del sistema energético es crítico para el desarrollo de Puerto Rico”, dijo.
Ortiz asume las riendas en momentos en que las cuadrillas de trabajadores tratan de restaurar el servicio a unos 650 usuarios que siguen a oscuras unos 10 meses después del azote de María.