La semana pasada cuando respondí a las preguntas de unos amigos que participaron en el desayuno del Arzobispado, no me imaginé que me tenían tan contadas dichas preguntas. Estaba convencido de que al responder las que había elegido daría por terminado el tema.
Pues no fue así, recibí un correo de uno de ellos, reclamando que la que él había hecho no había sido respondida, así que procedo hacerlo con gusto.
¿Cuál es su opinión de los medios de comunicación y los comunicadores?
Es una pregunta extensa e interesante. Empezaría por citar algo del Papa Francisco I, “pido a los medios de comunicación que difundan esperanza y confianza”. Tendría que hacer un análisis de nuestros medios frente a esta interesante exhortación de Francisco I. Somos un país con una multiplicidad de medios. No todos son comunicadores, muchos son políticos o empresarios de la comunicación.
Algunos verdaderos ejemplos, como el caso de Rafael Molina Morillo, a quien perdimos hace pocos días. Muchos son verdaderos analistas económicos, políticos y sociales, de capacidad profunda, honestos en su forma de tratar los temas y con el valor de reconocer cuando se equivocan, sus mensajes son claros, difunden esperanza, procuran siempre lo mejor para el país. Se puede estar de acuerdo con ellos o no, pero siempre en base al respeto y no al insulto o la diatriba.
Sin embargo, un grupo por suerte no muy grande, se valen del título de comunicadores sin haber pasado muchos por la universidad, otros con cierto talento lo invierten en el chantaje, las mentiras y agravios. Hacen de la comunicación una profesión rentable a través del miedo que infunden a algunos, que les pagan por su silencio o por plagosas alabanzas que ya todos conocen.
Sin duda el único servicio que rinden es a sus bolsillos, porque los valores y verdades se perdieron o nunca existieron. Se disfrazan de corderos, promueven engaños, donde no les importa si los mismos les cuestan sus ahorros a los incautos que caen en sus redes. Luego de insultar y mentir durante horas con vocecitas retorcidas pretenden engañar a un manso rebaño.
Están por otro lado los que arriesgan a diario sus vidas, los que admiro, muchas veces por un sueldo que apenas les permite atender las necesidades de sus familias, corriendo tras la noticia, no en cómodas cabinas con aire acondicionado. Para ellos mi admiración eterna.
¿Cómo lidió con el rechazo, de haber existido, en su ejercicio profesional como resultado de su condición física?
Siempre he mantenido que todos adolecemos de alguna limitación. Algunas más visibles que otras, pero que la mayor limitación es la que se impone uno mismo. Todo en la vida tiene un sentido, muchas veces no lo entendemos en el acto, nos toma tiempo. Pero el ejercicio profesional no se limita a buenos brazos o piernas, salvo que desee ser atleta y aun así vemos corredores de campo y pista que con una prótesis en una o ambas piernas, que son capaces de correr como cualquier otro.
Más aun una limitación física es en muchos casos un motivo para desarrollar otras capacidades. Beethoven compuso la novena sinfonía cuando era sordo. Helen Keller, ciega y sorda fue profesora, activista y escritora. Vincent Van Gogh pintor holandés sufrió serias enfermedades mentales y está considerado como uno de los mejores pintores del mundo.
Franklin Delano Roosevelt sufrió de polio y desde una silla de ruedas sacó al mundo de la gran depresión de los años treinta y llevó a su país a ser determinante en la derrota a Hitler, a pesar de su supuesta limitación.
Por último, y esta pregunta sé quién me la hizo, un gran amigo al que admiro mucho. ¿Para mí el éxito es un destino o un camino?
Sin dudas es un camino que se forja con determinación, perseverancia, paciencia, con la capacidad de levantarse tantas veces como se fracase. Luego de alcanzar el éxito, no defino el mismo por tener dinero, por ser popular, por tener artículos de moda, la mejor vivienda. No, eso es poseer, no es éxito. Usted puede tener dinero ganándose la lotería y poder comprar todos los lujos y no es éxito, es suerte.
El éxito es poder compartir con los demás su capacidad, sus recursos, sus ideas. Éxito es poder cambiar una sociedad para mejorar, éxito fue el de Gandhi que supo lograr la libertad de su pueblo de forma pacífica, demostrando una humildad como pocos y a pesar de haber sido encarcelado, maltratado por los ingleses, era capaz de decir “Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar”.
Y sin duda, para esos que a diario ofenden sin sentido, o por treinta monedas como Judas, para que en algún momento puedan realmente alcanzar el éxito les dejo esta cita también de Gandhi: “Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”.