Luego del receso que debe darse esta semana, en la política se estará jugando una pelota muy caliente. Ya no es una liga “de la Toronja” ni “Cactus”, como se denomina a los entrenamientos en las Grandes Ligas. Ya esa fase pasó, y ahora viene la de verdad. Los partidos y candidatos tienen, como siempre, un doble reto. Trabajan para ganar, pero también para convencer a los demás, al electorado, de sus posibilidades. La percepción es fundamental, y por eso los competidores se afanan en filtrar resultados de encuestas. Cuando un sector político las publica, los datos no son muy creíbles, por eso, difundir, por lo bajo, resultados favorables a la causa, es la forma más efectiva de convencer. “Filtra, que algo queda”, parece ser la regla que los mueve. En ese trasiego de información el oficialismo busca convencer de que ganará en primera vuelta, y la oposición habla de una segunda vuelta en la que con alianza formal o espontánea, se lograría derrotar la reelección. Incluso uno de los actores de la oposición, con un optimismo que parece excesivo, ya habla de ganar en la primera ronda de votaciones.
Los apoyos
En ese esfuerzo doble por aumentar las posibilidades y al mismo tiempo mejorar la percepción, es fundamental lograr apoyos externos. Ya no solo es conseguir respaldo de dirigentes políticos de la acera contraria, también de figuras no comprometidas. En ese aspecto, Fuerza del Pueblo tuvo un logro importante con la integración del general retirado José Miguel Soto Jiménez. La lucha ahora también será por lograr el respaldo de la mayor cantidad posible de partidos emergentes. En este punto, puede haber una recomposición.
Partidos
Son muchos los cambios que se darían en este proceso en cuanto a la composición de las coaliciones que competirán en febrero y en mayo. Se sabe que algunos de los partidos que en los últimos procesos electorales apoyaron al PLD están en negociaciones con el oficialista PRM. Pero un caso que genera interés es el rumbo que finalmente tome la FNP, de los Castillo. Se trata de un grupo con mucho más valor de lo que indican los votos que históricamente ha obtenido.