El partido político que decida llevar a sus presidenciables como candidatos y candidatas a cargos legislativos y municipales en las elecciones del 2024 podría obtener una importante rentabilidad electoral. El escenario es el siguiente: ya se sabe cuáles serán los candidatos presidenciales de los principales partidos. En los tres casos, hay muy pocas posibilidades de que haya algún cambio. Pero resulta que esos partidos, principalmente dos de ellos, cuentan con varias figuras que son consideradas presidenciables, sea por el perfil que poseen o porque en algún momento han ostentando una candidatura o precandidatura a ese nivel. Como son personas conocidas a nivel nacional y con ciertos niveles de popularidad dentro y fuera de sus partidos, esas organizaciones podrían tratar de incluirlos en las boletas congresuales o municipales.
PRM y PLD
El PRM, por ejemplo, como todo indica que llevará como candidato a la reelección al presidente Luis Abinader puede pensar en David Collado y Carolina Mejía e incluso en la Vicepresidenta Raquel Peña como posibles candidatos a cargos legislativos y municipales. Es muy posible que uno de los tres mencionados ostente la candidatura vicepresidencial, por lo que los otros dos le darían un “plus” a la boleta perremeísta si optan por otros cargos electivos. Lo mismo ocurre en el PLD con los casos de Margarita Cedeño y Francisco Domínguez Brito. De entrada, ambos estarían descartados para la candidatura a Vice, la primera porque ya fue candidata tres veces y el segundo porque no representa un complemento por ser del mismo género y de la misma zona geográfica que el candidato presidencial Abel Martínez.
Antecedentes
Nunca ha sido fácil convencer a presidenciables de que opten por cargos menores. En el PRSC se intentó una vez que Jacinto Peynado aceptara ser nominado a síndico del Distrito Nacional, luego de que este fuera candidato presidencial, pero no se logró. Más recientemente, en el PRM se habló de presentar a Hipólito Mejía como candidato a senador de Santiago, y eso tampoco se dio. Pero hay casos exitosos, como el de Eduardo Estrella, que en el 2020 aceptó ser candidato a senador luego de aspirar a la presidencia dos veces. Hoy es el presidente del Senado.