La dirigencia de los partidos políticos luce atrapada ante los ataques que recibe por el descrédito y desafección

En las elecciones de este año, el sistema de partidos políticos volvió a mostrar su fortaleza, sin embargo arranca el nuevo ciclo electoral bajo presión y ataques que van desde la abstención electoral que superó el 45% en las votaciones de este año, la crítica al financiamiento público a las organizaciones y la sentencia del Tribunal Constitucional que abre de par en par las puertas a las candidaturas independientes.

Otro tema que dañó la imagen de las organizaciones políticas y sus dirigentes fue la salida de representantes de la oposición hacia el partido de gobierno en el pasado proceso electoral.

Incluso, dirigentes que encabezaban boletas de partidos de oposición pasaron al Partido Revolucionario Moderno (PRM) creando problemas a la oposición para completar la boleta electoral fuera de la fecha de inscripción de las candidaturas ante la Junta Central Electoral (JCE).

Según la contabilidad de los partidos de oposición, más de 40 alcaldes y directores de distritos que ganaron en sus boletas pasaron a las filas del partido de gobierno. Otros lo hicieron en el intermedio de las votaciones de febrero y mayo, luego de ganar en las boletas de la oposición.

La versión que corrió, en público y en privado, sobre el fenómeno fue la supuesta compra por parte del partido de gobierno. Verdad o no la denuncia de la oposición, lo cierto es que en el pasado proceso electoral, la ciudadanía observó, como nunca antes, la falta de lealtad de los dirigentes con los partidos políticos.

La encuesta de cultura política que publicó el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo, reveló datos preocupantes sobre el nivel de desafección de la ciudadanía con la democracia y los partidos políticos.

Los votantes más jóvenes, el rango entre 18 y 40 años, son los que mostraron mayores niveles de desapego a la democracia. Según la investigación el 64% de los dominicanos se siente algo o nada satisfecho con el modelo democrático. Ese mismo estudio señala que el 67.3% de la población considera que sus representantes gobiernan para los poderosos y no para el pueblo.

En el marco de la fallida reforma fiscal, tomó cuerpo el debate de ataque al financiamiento público que reciben los partidos.

El cuestionamiento a la entrega de dinero del Estado a los partidos no es nuevo, y de hecho, el propio presidente de la República y líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, lo ha cuestionado.

Tras asumir el poder en 2020, propuso reducir los fondos que reciben los partidos políticos en un 50%. En tanto, en las pasadas elecciones, el gobierno intentó recortar en un 50% los recursos que reciben los partidos en el año electoral.

Entidades como Participación Ciudadana también son partidarias de reducir los fondos que reciben los partidos del Estado.

El alto costo de las campañas políticas es uno de los temas pendientes del sistema de partidos y especialmente como evitar que los recursos provenientes del crimen organizado penetren las candidaturas a cargos de elección popular y puedan llegar a instancias como el Congreso Nacional y las alcaldías.

El último golpe que recibió el sistema de partidos políticos, fue la sentencia del Tribunal Constitucional que abre las puertas a las candidaturas independientes, sustentadas en organizaciones sociales sin requisitos previos.

Los datos de la abstención

Del resultado de las pasadas elecciones, el dato más preocupante fue el alto nivel de ausentismo de votantes a las urnas, que se disparó en 15% en ocho años.

El tema ha sido objeto de preocupación de diversos sectores de la sociedad civil organizada y la no organizada.

Incluso, la JCE informó que firmará un convenio con el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel) para que haga un estudio para identificar las causas del ausentismo de votantes que se registró en las últimas elecciones.

Al tomar como referencia la participación de los votantes en el nivel presidencial, de 12 certámenes electorales que se han efectuado desde 1966 a la fecha, la abstención de 2020 y la de 2024, han sido las más altas en toda la historia.

En las elecciones del pasado 19 de mayo, en el nivel presidencial, 4 millones 423 mil 438 electores, equivalente al 54% del total de inscritos en el padrón que ascendió a 8 millones 145 mil 548 votantes. Ese porcentaje es superior al ausentismo de los comicios de 2020 a pesar de que se realizaron en una fecha extraordinaria debido a la pandemia del coronavirus.

En las votaciones presidenciales de 2020, la asistencia fue de 55.29% con una abstención superior al 44%. Para esos comicios, votaron 4 millones 163 mil 305 personas de un total de inscritos de 7 millones 529 mil 932 electores.

En las votaciones de 2016, la abstención fue de 31.40%. De un padrón de 6 millones 765 mil 245 electores, votaron 4 millones 708 mil 746 personas, equivalente al 69.60%.

En 2012, la inasistencia de votantes a las urnas alcanzó 29.77%, cuando acudieron 4 millones 566 mil 838 votantes de los 6 millones 502 mil 968 inscritos en el registro de electores.

En la contienda del 2008 la abstención fue de 29%. De un padrón de 5 millones 764 mil 387 votaron 4 millones 113 mil 644 personas, equivalente al 71% de los inscritos.

En 2004, fue aun menor que cuatro años más tarde, fue de 28%. De una lista de electores de 5 millones 29 mil 700 inscritos, votaron 3 millones 613 mil 700 personas, equivalente al 72%.

En el 2000 hubo una alta participación de votantes. De 4 millones 251 mil 218 inscritos, votaron 3 millones 236 mil 906, equivalente al 76% de los inscritos y una abstención de 24%.

Cuatro años antes, en las presidenciales de 1996, el nivel de asistencia fue aun más elevado, solo se abstuvo el 22.57%. De una lista de votantes de 3 millones 750 mil 502 inscritos, sufragaron 2 millones 903 mil 859 personas con una asistencia superior al 77%.

En 1994, cuando se denunció un fraude, la abstención fue de solo 15.87%. La lista de electores alcanzó 3 millones 587 mil 800 inscritos y votó más del 84%, 3 millones 18 mil 279 personas fueron a las urnas.

Las elecciones generales de 1990, reportan una de una de las abstenciones más alta de la historia electoral. De 3 millones 278 mil inscritos, solo votó el 59% equivalente a un millón 934 mil 533 votos y una abstención de 40.98%.

La sentencia del TC

En una sentencia publicada la pasada semana, el Tribunal Constitucional declaró no conformes con la Constitución los artículos 156 y 157 de la Ley 20-23 Orgánica del Régimen Electoral en la que se establece que las organizaciones sociales pueden postular candidaturas a cargos de elección popular sin ningún tipo de requisito previo.

El órgano presenta una nueva redacción del artículo 156 al considerar que la redacción anulada entra en contradicción con el principio de razonabilidad establecido en la Constitución de la República.

Según el nuevo contenido, las propuestas de candidaturas independientes de carácter nacional, provincial, municipal o en el Distrito Nacional, que surjan a través de agrupaciones cívicas o sociales de ciudadanos en ocasión de los procesos electorales, serán de naturaleza espontánea y sin ningún requisito previo de inscripción.

“Las citadas agrupaciones cívicas o sociales que propongan sustentar las candidaturas independientes de carácter nacional, provincial, municipal o en el Distrito Nacional, deberán declararlo previamente a la Junta Central Electoral, cuando menos setenta y cinco (75) días antes de cada elección”, estableció la corte constitucional en su sentencia que contó con el voto disidente de dos jueces.

Sobre el tema, varios dirigentes políticos han criticado el fallo al señalar que la corte se extralimitó en sus funciones al disponer la redacción del artículo anulado, lo que es competencia del Congreso. Otros dirigentes han sostenido que el Tribunal Constitucional asume atribuciones que competen a la JCE sobre el establecimiento de las fechas que rigen el calendario electoral.

Otras reacciones apuntan a que la decisión obedece a un ataque al sistema de partidos políticos.

Dirigencia política luce atrapada ante la realidad

La dirigencia de los partidos políticos luce atrapada ante el descrédito y la desafección que se expresa en la abstención electoral y la baja valoración que ha mostrado la ciudadanía hacia la democracia, según la encuesta de cultura política. El secretario general del Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana (Foppredom), José Francisco Peña Guaba, advierte sobre los ataques al sistema de partidos. “La última estocada a los partidos políticos, crece la antipolítica de manera imparable, los dirigentes no son tomados en cuenta por los gobiernos, se les reduce la asignación económica a las organizaciones partidarias y se permite que intereses económicos compren las elecciones”, expresó al reaccionar sobre la sentencia del Tribunal Constitucional. El presidente Luis Abinader y el PRM también han descartado a los dirigentes de los partidos políticos para ocupar ciertos cargos en la administración pública, al considerar que su accionar estará enfocado en defender los intereses de los partidos que representan. Con esa narrativa, el PRM y Abinader impulsaron una reforma a la Constitución que, entre otras cosas, trasladó al Consejo Nacional de la Magistratura la designación del Procurador y siete adjuntos en el Ministerio Público.

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