Sociólogo considera movimiento no ha desaparecido; María Teresa Cabrera señala logros y retos del colectivo
El movimiento Marcha Verde cumple hoy su segundo año, desde aquella gran marcha donde miles de ciudadanos se lanzaron por la Avenida 27 de Febrero hasta el Parque Independencia, exigiendo el fin de la impunidad y cárcel para los implicados en el escándalo de corrupción y sobornos de la constructora Odebrecht, ante el reto de incidir en las elecciones del 2020.
El colectivo, que desde su creación ha tenido sus altas y sus bajas, ha sido uno de los movimientos cívicos dominicanos más importantes de los últimos tiempos, debido a su gran capacidad de convocatoria y a la presión mediática a la que ha sometido al Gobierno dominicano, principalmente en sus inicios.
El movimiento, luego de la exitosa marcha del 22 de enero, realizó una serie de actividades para que se tomaran acciones concretas en la investigación contra la empresa brasileña que confesó haber pagado sobornos en el país. En febrero del 2017, una comisión de los diferentes grupos que integran el colectivo llevó al Palacio Nacional una petición para que el presidente Danilo Medina designara una comisión de fiscales independientes para investigar el caso.
En marzo de ese año, distintas organizaciones de las regiones Este, Norte y Sur que apoyan a la Marcha Verde, recorrieron en siete días las principales provincias del país con “la llama contra la impunidad” y culminó con una gran actividad en el Parque Independencia. En junio del 2017, el colectivo demostró su fortaleza con una impresionante concentración en el Centro de los Héroes, donde pidió el sometimiento a la Justicia del presidente Medina.
En agosto del 2018 realizaron la llamada “marcha del millón”, debido a la inconformidad con el expediente presentado por la Procuraduría General sobre el caso Odebrecht. Luego de eso, ha realizado manifestaciones en varias provincias del país, conversatorios y campamentos, pero ninguno ha logrado el impacto que logró en su primer año.
Para el sociólogo Celedonio Jiménez, el movimiento no se ha diluido en el tiempo, como afirman sectores, sino que “confronta un momento dramático, un reto serio frente al momento electoral venidero”.
“Aparentemente se puede creer que se está diluyendo, pero las razones que lo han determinado permanecen, yo creo que no hay razón para pensar que Marcha Verde se ha diluido”, dijo a elCaribe. “El movimiento llevó, de una situación de pasividad en que se encontraba la población dominicana, a una condición de participación activa, sin embargo hay un obstáculo que en la actualidad confronta, que somos un país atraído por las coyunturas electorales y eso afecta al movimiento que no es un partido político con participación electoral”, expresó.
Consideró que los principales dirigentes de Marcha Verde deben abocarse a analizar la situación y ver de qué forma se propicia una participación de los dirigentes en el próximo proceso electoral.
“La participación de directivos de la Marcha en los procesos electorales, yo no pienso que vaya a debilitar la organización, es que no pueden estar excluidos de él. No debe hacerse desde Marcha Verde, sino buscar un procedimiento que justifique la participación e involucre esa gran masa concitada por Marcha Verde a asumir postura en el proceso electoral venidero”, expuso.
Cabrera: “No existe posibilidad de que se convierta en partido político”
Para Maria Teresa Cabrera, vocera del colectivo, estos dos años de movilización ayudaron a elevar el nivel de conciencia de la ciudadanía, respecto del daño que la corrupción y la impunidad han provocado en la materialización de las aspiraciones democráticas y de desarrollo del país. “La gente ha ganado conciencia de que cada peso que se roba un funcionario público, político, empresario del erario público, son recursos que hacen falta para garantizar servicios básicos que constituyen derechos humanos fundamentales como la educación y la salud. Ha entendido también que la corrupción y la impunidad frenan las aspiraciones democráticas del pueblo, en la medida que nadie cree en las instituciones y no es posible pensar en construir una democracia en instituciones en las que nadie cree”.
Expresó que antes de la Marcha Verde, la corrupción y la impunidad no le importaban a nadie o le importaba a un núcleo muy reducido, “no salía como un tópico importante en las encuestas. Hoy en día es un tema importante de las preocupaciones de la gente”.
Adujo que el desafío para el grupo es seguir articulando y convocando a la ciudadanía. “Persistir y no dejar que los que han jugado al cansancio, que creen nos logren vencer por el cansancio logren su propósito”.
Cabrera enfatizó que no existe ninguna posibilidad ni pretensión de que se convierta en un partido, porque es un movimiento social que integra diversos sectores de la sociedad. “No nació para eso, nació como un movimiento político apartidista, no fue convocado para eso”.
Integrantes forman una coalición
Distintos integrantes del colectivo verde formaron la “Coalición Democrática por la Regeneración Nacional”, entidad que busca unificar la oposición para presentar candidaturas conjuntas para las elecciones del 2020. Dentro de la Coalición están José Rijo Presbot, Apolinar Veloz, Gabino Hernández, Altagracia Salazar, César Pérez, Juan Bolívar Díaz, Olaya Dotel, María Guzmán, Brinella Fernández, Fermín Álvarez, Manuel Robles, Franiel Genao, Wilfredo Lozano, Natalia Mármol, Tonny Tavárez, Alba Reyes, José Reyes, José Dúnker, Jaime Rodríguez, Andrés L. Mateo entre otros.
Los lineamientos básicos de propuesta de país que hace la Coalición Democrática están concentrados en dos conceptos básicos, prioridades políticas e institucionales y prioridades económicas y sociales.