Aunque a pocos sorprende el anuncio del presidente Luis Abinader sobre su repostulación para las próximas elecciones, algunos detalles del mensaje lograron crear impacto, comenzando por el hecho de que nadie esperaba que fuera el domingo el día escogido por el mandatario para convertirse en precandidato presidencial.

El efecto sorpresa siempre es importante en política, y Abinader lo consiguió en gran medida, al adelantar un anuncio que se esperaba en la semana que inició ayer, lunes 14. Algunos entendían que lo haría el miércoles 16, Día de la Restauración, versión que cobró fuerza cuando se anunció que Abinader hablaría al país desde Pedernales.

Se entiende que en ese discurso el mandatario rendirá cuentas de su gestión, que cumple tres años, no porque tenga que hacerlo, ya que eso le corresponde los días 27 de febrero, sino porque es parte de su estilo y su costumbre.

Todo parecía tener sentido. En una fecha emblemática, con la atención de gran parte del país dirigida hacia el gobernante, aprovechando la cadena de radio y televisión en el asueto, y además, un día antes del cierre del plazo para la inscripción de precandidaturas para las primarias cerradas que realizará el PRM el 1 de octubre.

Pero algunos observadores agudos advirtieron que posiblemente ese no iba a ser el escenario escogido y tenían razón. Nelson Marte, por ejemplo, puso en dudas que el mandatario juntara una cosa con la otra. “Él no acostumbra mesturar los temas políticos con los de Estado ¿Cómo lo hará ahora? Es la respuesta del millón.”, decía el periodista, en un tuit publicado el pasado viernes.

Claves del mensaje

Para un tema tan trascendental y tomando en cuentas episodios similares en la historia política dominicana, el mensaje del mandatario fue bastante corto, aunque directo y conciso. El video es de apenas dos minutos y 34 segundos.

También hay que tomar en cuenta que este no es tiempo para discursos largos, es una época de lecturas y vistas rápidas, lo que se potencia con las redes sociales, elemento que en esta ocasión utilizó al máximo el jefe del Estado.

Aunque la honestidad es el aspecto transversal del mensaje, Abinader toca otros temas que serán parte de su oferta como precandidato, ahora, y como candidato, después. Habla de la recuperación económica del país; del manejo del covid y la pronta adquisición de vacunas, y de cómo se ha enfrentado a otros retos externos, como la guerra entre Rusia y Ucrania.

Pero además, relaciona honestidad con resultados, en un claro intento de que no se vea el término como algo abstracto, sino como un plus, un valor agregado, que tiene incidencia en la calidad de vida de la gente. Sobre la honestidad dice que es “el mismo valor que nos permite ser eficientes”.

El mensaje lo desarrolla, en gran parte, como un diálogo, dirigiéndose de forma directa a cualquier ciudadano que vea o escuche el mensaje por cualquier plataforma.

Se cuida, Abinader, de no caer en el “yoismo” extremo que caracteriza a los políticos, pero tampoco abusa del “nosotros”, otra práctica común entre las figuras políticas del patio que quieren parecer más cercanos de lo que son.

Por eso, en ocasiones habla en primera persona del singular, como cuando dice. “Esa confianza me dio la determinación…”. En esa parte se refiere a las respuestas frente a la pandemia.

Pero también habla en primera persona del plural, al mencionar logros de su gobierno, y utiliza verbos como “avanzamos” y “construimos”.

Vuelve a hablar desde el punto de vista personal usando el “yo”, cuando expresa agradecimiento por la confianza depositada en él. En ese punto, le dice a su interlocutor, (que es el pueblo), que en pocos meses tendrá que elegir si prefiere continuar con más honestidad en la política. “Conozco tu respuesta, porque te conozco. Eres parte de un pueblo noble y decente”, expresa el mandatario.

Es decir, Abinader usa el “yo”, pero también el “nosotros”. Parece saber -o lo sabe quién le haya puesto la mano al mensaje- que tan mal se oye a quien solo habla de sí mismo como el que siempre habla en plural, con un estilo pretendidamente abierto y cercano que muchas veces se percibe forzado.

Dispuesto a sacrificar su tranquilidad familiar

Como el mensaje es tan corto, el mandatario aterriza rápido. En el tramo final, le dice al interlocutor, que es el pueblo, que no es tiempo para retroceder. Aquí habla el Presidente, el aspirante a la reelección y el padre de familia que hace poco dijo que una parte de sus hijas no quería que él optara por la reelección. “Después de una profunda reflexión, entendí que el país está por encima de mi tranquilidad familiar o personal; por eso comunico hoy mi decisión de participar en las elecciones internas del Partido Revolucionario Moderno para ser su candidato a la Presidencia de la República en las elecciones del 2024”, expresa Abinader.

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