“A veces pienso que debí dar más papeles”. La frase de José Luis Rodríguez Zapatero resume en buena medida su firme posición frente a una política migratoria abierta, de derechos a la legalidad y muy contraria a lo que ha venido impulsando Donald Trump.Ahora que Estados Unidos se agita con protestas y reclamos contra las medidas del presidente Trump, el exmandatario español mantiene un discurso de extremo rechazo. “El presidente de Estados Unidos, por mucha potencia que sea, no va a parar el sentido de la historia y el sentido de la historia camina contra el racismo, la exclusión y la discriminación”, dice Rodríguez Zapatero y augura que “su intento será baldío”.
Para quien fuera mandatario durante siete años en el país europeo, las medidas y esos sentimientos que promueve Donald Trump deben “hacer reaccionar”. “Creo que América Latina tiene que estar más unida que nunca… Tiene que unirse, incrementar los procesos de integración política, económica para que pueda mantener con fuerzas sus valores que están presentes en todas sus constituciones… el no aceptar la dominación, la sumisión, no aceptar la superioridad de ninguna raza, país o bandera”, manifestó.
Las declaraciones del exmandatario y el discurso que mantiene por la legalidad y el derecho del migrante están muy sujetos a una experiencia que cuenta le marcó sobremanera y que no supera. Siendo presidente visitó un centro de internamiento de migrantes ubicados en las Islas Canarias. Allí se topó con jóvenes senegaleses, abogados y médicos, que llegaron a la costa española en una embarcación, y le decían que en su país, ellos profesionales, no tenían oportunidades de vida. “Con esos ojos tan impactantes que tienen”, le pedían que no los deportaran, que les dieran papeles. “Debo decir que es una de las experiencias más amargas… No, no, no, no me he recuperado (de ver) a un ser humano desesperado, tener que decir acójame, deme papeles”. Rodríguez Zapatero conoce que los africanos que cruzan el Mediterráneo para llegar a la costa europea huyen de la pobreza más absoluta, gastan todos los ahorros de la familia para montarse en una pequeña embarcación, con la posibilidad de ser detectados y deportados, o morir intentándolo. Por eso cuenta que le hace mal escuchar los discursos antimigrantes y de manera especial “las cosas de Trump”. “Es que hasta lo paso mal físicamente, hasta me cuesta dormir y eso que normalmente duermo muy bien”.
La política migratoria que promueve de ejemplo el expresidente español implicaría más apoyo desde República Dominicana hacia Haití en todos los sentidos, incluyendo más presupuesto para tratar el flujo migratorio y la cooperación. Menciona como buena experiencia los convenios bilaterales que impulsó en países de África (foco de migración que ven en España una puerta de entrada a Europa). Mientras los Estados africanos se comprometían con impulsar el control de la migración legal, España ejecutaba planes de desarrollo y cooperación. “¿Qué hacíamos? Escuelas-talleres para jóvenes, ayudas a empleos. Ese fue un gran factor para detener lo que hubo en 2006, que fue una gran presión migratoria desde Marruecos a nuestras ciudades Ceuta y Melilla”, señala.
“La cooperación entre dos países vecinos, este caso como es República Dominicana y Haití tiene alguna similitud con nosotros… Exige una gran entrega política”, comenta. Desde su punto de vista, República Dominicana frente a Haití debe fundar una alianza de confianza que ha de empezar por lo político. Para él, República Dominicana tiene el reto de lograr que la migración ordenada y legal, parta del principio de cooperación entre ambos Estados y de la integración social de los extranjeros.
Bajo su Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se llevó a cabo el más grande de los cinco planes de regularización en España, con 570 mil beneficiados, contó Rodríguez Zapatero como parte de su testimonio en el “Foro sobre políticas migratorias e inclusión social: una perspectiva comparada”, que ayer organizó el Instituto Nacional de Migración y el Club de Madrid. Allí reconoció que dio muchísimos documentos a los migrantes en condición irregular, que tiempo después, en un bar o un restaurante, le agradecieron. “A veces pienso si no debí haber dado más papeles. Les voy a decir una cosa, que es una experiencia de vida: yo nunca me he arrepentido de una decisión generosa”.
Trabajo, salud, educación y seguridad social
“Cuando integramos a los inmigrantes nos estamos integrando a nosotros mismos en un código de valores. Ese código que se expresa de una manera muy simple: debemos desear a los demás lo que quisiéramos para nosotros mismos”. Para Rodríguez Zapatero, la inclusión social hacia el migrante no solo debe ser laboral, sino que el Estado que acoge debe garantizarle acceso a salud, educación y la seguridad social.
Estudiar la posibilidad de deportados hacia RD
El embajador dominicano ante Haití, Rubén Silié, sugirió ayer que ante estas nuevas políticas implementadas en Estados Unidos y la amenaza de deportaciones, el Gobierno estudie ese escenario de repatriaciones a mediano y largo plazo. “Es necesario que preventivamente se establezca una visión oficial que permita dar respuesta a tal eventualidad”, dijo el diplomático.