A través de la Fundación La Milagrosa, ha podido gestionar una microhidroeléctrica y otros proyectos
Desde su integración a la Fundación La Milagrosa, en el 1983, Ynocencia Hernández tuvo como norte aportar al desarrollo de su comunidad, Manabao, en Jarabacoa. A través de diferentes iniciativas sociales, esta líder comunitaria ha brindado apoyo en áreas como la salud, medioambiente, e higiene.
Uno de los proyectos es una microhidroeléctrica, de 16 kilowatts, que beneficia con energía limpia las 24 horas del día a 60 familias de la comunidad. Surgió tras la inauguración de una obra similar en una comunidad cerca, llamada Los Calabazos. Hernández aprovechó la oportunidad para acercarse a miembros del Programa de Pequeños Subsidios (PPS) y gestionó la construcción.
“Somos un municipio con muchos afluentes, que aunque ahora sí se están aprovechando para garantizar energía limpia a nuestra comunidad, antes no era así”, manifiesta Hernández, quien es una de las finalistas del premio Mujeres que Cambian el Mundo del Banco BHD León.
Igualmente ha gestionado la construcción de dos colmados, con los cuales ha mejorado la calidad de vida de las familias de los dependientes que lo atienden. “Son formas de ayudar a que la misma familia se beneficie, pero que también beneficie a la misma comunidad. Es un apoyo común”, comenta en ese sentido.
Otra de las obras que lleva a cabo es la creación de fogones caseros para personas de escasos recursos, ahorrándoles tiempo, ya que la estación de gas más cerca queda a más de 25 kilómetros de distancia. Con esto ha impactado a más de 160 viviendas, con el apoyo de voluntarios del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos.
Una de las beneficiadas es Rocina Mena, quien considera que “al utilizar el fogón, se ahorra más dinero. Porque la distancia que hay que recorrer para buscar gas es muy larga y a veces uno cuenta con el dinero para comprarlo”.
Por su parte, Heroína Mena, otra de las favorecidas, cuenta que gracias a los fogones tiene menos problemas del sistema respiratorio, “porque no son como los que nosotros utilizamos antes, estos son más amplios y mejores”.
Asimismo, otro de los proyectos que más ha beneficiado a la comunidad es el Complejo Ecoturístico Angostura, un espacio enclavado en la plena naturaleza que caracteriza a Jarabacoa, y que acoge a más de 800 personas anualmente.
La iniciativa de la estancia comenzó a tomar forma cuando a Hernández, que para entonces tenía la idea de levantar un espacio ecoturístico que ofreciera una experiencia única al visitante, un tío le pidió ayuda para vender unas tierras.
La líder comunitaria se reunió con miembros de La Milagrosa para gestionar los fondos de comprar cinco tareas y erigir la edificación. Así lo hizo, con el apoyo de la organización HPI Internacional, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el PPS, y las Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Complejo está compuesto de tres cabañas, con capacidad hasta para doce personas cada una. Está construida por completo en pino de la misma comunidad. Tiene un área para niños al aire libre y un área de billar para adultos. Además de un salón multiusos donde han celebrado bodas y cumpleaños.
Algo particular de este espacio, que brinda empleo a 30 personas de la comunidad, es que los alimentos que se utilizan para los visitantes son todos cultivados ahí. “Esto nos permite integrar a más comunitarios agricultores a nuestra labor. Nos enorgullece decir que incluso el café que se toman los turistas que alojamos, es cosechado y procesado aquí mismo de forma orgánica”, cuenta Hernández.
Otra de las labores que lleva a cabo en la comunidad es la de reforestación con plantas como el café y maderables, con lo que ha logrado que más de 10 mil tareas sean destinadas a iniciativas de conservación, protección de suelo y biodiversidad.
Igualmente, ha encabezado trabajos de reciclaje, recolección de basura, y promoción de salud. Son más de 15 las comunidades beneficiadas con asistencia y orientación en estos temas.
Caminos vecinales y promoción de la salud
Ynocencia Hernández logró gestionar caminos vecinales para alrededor de 16 comunidades, entre las cuales están La Ciénaga, Los Marranitos, El Arraiján, Arroyo Frío, y Los Tajaos. “No podemos esperar que el Gobierno venga a nuestro auxilio, si podemos hacer nuestro esfuerzo tocando otras puertas lo haremos. Esa fue la clave de muchas de las cosas que tenemos hoy día”, asegura. Además, es supervisora y promotora de salud para 20 comunidades. La labor que realiza consiste en dar seguimiento a las embarazadas y a niños de cero a cinco años, “que son etapas en las cuales las enfermedades suelen ser más agresivas”. Hernández actualmente procura recaudar fondos para construir una nueva microhidroeléctrica, pero esta vez de unos 100 kilowatts.