Christi Francesca Méndez aún no sabe el paradero de su hermano que junto a su esposa salió la tarde del lunes a realizar unas compras a la zona comercial donde ocurrió la explosión en San Cristóbal, que dejó decenas de heridos y una veintena de muertos.
Al pasar los días y visitar hospitales de la provincia y algunos de los localizados en Santo Domingo, La Vega y Santiago sin saber nada de sus familiares, quienes estaban en compañía de una niña de siete años a la que cuidaban y querían como una hija, la joven ya espera lo peor de parte de las autoridades, que afirmaron que el número de desaparecidos a causa del siniestro, es igual al de los cuerpos encontrados en el área de la explosión, que es 27.
Pero de acuerdo a informaciones del doctor Santo Jiménez, director del Instituto Nacional de Patología Forense, de esos solo siete han sido entregados a parientes para que puedan darle cristiana sepultura, por lo que Méndez es una de las personas que puede tardar de uno hasta seis meses para enterrar a sus allegados.
Según Jiménez, de los cuerpos que quedan en la morgue del cementerio Cristo Redentor, apenas uno está en completo estado, y el resto presenta altos niveles de calcinación y mutilación, que obligan a que se recurra a la prueba de ADN para poder ser reconocidos y cuyos resultados no son inmediatos.
“Aquellos casos en los que el proceso de deterioro de los cuerpos es altamente mutilante, y se ha perdido un porcentaje que pudiera estar entre 80,90 o por encima de ese por ciento, y en los que se conservan algunos segmentos y que el cuerpo coincide con las características que describe el familiar, tienen que ser sometido a un proceso de identificación más complejo”, expresó el especialista.
En rueda de prensa, el director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), Juan Manuel Méndez, informó que estarán dando acompañamiento y soporte a los familiares de las víctimas, hasta que se puedan identificar todos los cadáveres.
El mayor general retirado agregó, que se designó una comisión integrada por funcionarios del Ministerio de Salud Pública (MSP) y profesionales de la psicología que permanecerán en una carpa que habilitarán en el citado camposanto, para asistir a los allegados de los fallecidos.
Vigilan salud mental
Angustia, pánico y tristeza, son los síntomas más frecuentes que presentan las personas que han sido impactadas con asistencia en salud mental por parte de las autoridades.
La información la ofreció el ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, que al encabezar un operativo médico en el Parque Central de San Cristóbal, dijo que han dado atenciones a más de 100 personas con ese servicio en el que participan 36 profesionales del área que están instalados en carpas, y haciendo visitas casa a casa, y que cuenta con el apoyo de diferentes instituciones como la Universidad Iberoamericana (Unibe) y el Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi), que tiene a miembros de su gremio en los alrededores del hospital provincial Juan Pablo Pina.
Manifestó que estarán en el lugar durante estos días brindando además consultas en pediatría y medicina general, pero también aplicando vacunas para la protección de diversas enfermedades.
Mejora el estado de salud de ingresados
La doctora Gina Estrella, de la Dirección de Gestión de Riesgos y Desastres, informó que siguen mejorando satisfactoriamente las personas ingresadas en centros hospitalarios tras sufrir heridas por el siniestro del lunes, de los cuales, cinco están en la Unidad de Quemados Pearl F. Ort, dos en el Ney Arias Lora, uno en el Hugo de Mendoza, otro en el Robert Reid Cabral y dos en la Plaza de la Salud. Sin embargo, dijo que el hombre que está en el Juan Pablo Pina continúa en estado delicado.