En lo que va de año, varios han sido los incidentes en los que se ha visto envuelto el Metro de Santo Domingo, situación que inquieta a los usuarios del servicio de transporte masivo.
El más reciente de los eventos se produjo el pasado sábado alrededor de la 11 de la mañana, con el choque de dos trenes entre las estaciones Gregorio Urbano Gilbert Suero y Mamá Tingó de Villa Mella, Santo Domingo Norte.
El sorprendente suceso dejó un saldo de trece personas heridas mientras se trasladaban en el sistema ferroviario, quienes fueron atendidas en el Hospital Universitario Traumatológico Ney Arias Lora y egresadas debido a que presentaron lesiones y traumas leves, según informó el centro hospitalario.
Asimismo, la colisión generó la suspensión del servicio entre las estaciones Hermanas Mirabal y Mamá Tingó, el cual fue reanudado la mañana del domingo. Pasajeros que volvieron a utilizar el transporte con cierta normalidad expresaron su temor de que se repita el confuso evento. “Uno se preocupa mucho cuando pasan cosas así, pero espero que le den una práctica a los que lo manejan para que esto no vuelva a pasar”, opinó Rafaela Vargas sobre el incidente.
De su lado Juan Francisco, quien también expresó su intranquilidad, dijo que lo acontecido se veía venir por el descuido que, aseguró, ha notado entre el personal operativo y las instalaciones del Metro. “Yo sabía que eso iba a pasar tarde o temprano porque ellos no prestan atención a la gente. Hace falta más gerencia y cuidado en el Metro”, comentó.
A dos meses de los despidos masivos
El choque en la línea 1 del Metro de Santo Domingo ocurre a tan solo dos meses después del despido de operarios de los trenes y otros empleados que hiciera la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), luego del paro de labores que mantuvieron por varios días al menos 100 empleados, incluyendo operadores, conductores y agentes de explotación, en exigencia de un aumento salarial y mejores condiciones laborales.
Los empleados también pedían a las autoridades cumplir con un acuerdo que firmaron en enero, que tenía entre sus puntos el pago de horas nocturnas, mejorar el ambiente, las condiciones laborales, la adecuación y remodelación de los baños de la estación María Montez y el comedor de la estación Centro de los Héroes.
Tras el anuncio de la protesta, el director de la Opret, Rafael Santos, indicó que en una revisión periódica habían decidido desvincular a 17 personas por múltiples motivos de incumplimiento, entre las que citó irrespetos y situaciones desbordantes, además de que los que se mantuvieron en la huelga “de manos caídas”, que fueron desvinculados automáticamente después de tres días sin trabajar.
Antes de la manifestación pacífica, los empleados habían comunicado que la Opret contaba con personal para reemplazarlos durante el paro, pero advirtieron que estos no están adecuadamente capacitados para garantizar el funcionamiento del servicio.
Señalaron que como operarios de los trenes del Metro de Santo Domingo fueron preparados en Madrid, España, y contaban con más de diez años contratados. “Hay un descuido en la logística de los choferes y en el control de los trenes por el nuevo personal sin conocimiento y el personal viejo mal pagado. Uno tiene miedo que esto se ponga peor”, manifestó el usuario Juan Osoria al recordar esta eventualidad entre el área administrativa y ex empleados.
Averías y quejas por falta de mantenimiento
Las averías y críticas por el mantenimiento son otros de los acontecimientos en el Metro de Santo Domingo que han ocupado diversos titulares en los medios de comunicación. En el pasado mes de julio, en uno de los trenes de la línea 2, cuando las puertas de varios de sus vagones no querían abrir, quedaron los pasajeros varados por más de 10 minutos hasta que se procedió a desocupar el tren y esperar otro. La preocupación invadió a todos los que abordaban el referido transporte como también a quienes esperaban fuera. Por igual, este mismo año usuarios del Metro externaron las incomodidades en las instalaciones del medio de transporte debido a la falta de mantenimiento de algunas escaleras en las que se habían quebrado losetas y a la presencia de desechos plásticos. Ante la crítica por el desmejorado servicio, el director de la Opret negó que las escaleras estuvieran fuera de servicio como se había denunciado.