SANTO DOMINGO. De acuerdo a estadísticas del Departamento de Salud de la Dirección General de Prisiones, unos 300 internos del sistema tradicional, repartidos en los diferentes recintos del país, sufren algún tipo de enfermedad mental, entre las que se destacan delirio de persecución, trastorno del sueño y ansiedad.
Por esa razón, la Dirección General de Prisiones y el Ministerio de Salud Pública comunicaron que trabajan en la implantación de estrategias para la intervención en materia de salud mental en beneficio de los privados de libertad que padecen enfermedades y trastornos psiquiátricos.
Como inicio de dichos trabajos, el director general de Prisiones, Roberto Hernández Basilio, sostuvo una reunión con ejecutivos del Ministerio de Salud, encabezados por el director de Salud Mental, Alejandro Uribe, con quienes abordó la necesidad que tiene el modelo tradicional en materia de atención a dichos enfermos.
Hernández destacó la conveniencia de reforzar el personal de salud de los centros de privación de libertad, para garantizar el derecho de los internos a la salud mental.
Mientras que el doctor Uribe se expresó de acuerdo con la capacitación del personal que presta servicios en los recintos penitenciarios como primera fase de un plan de colaboración interinstitucional.
Para dar seguimiento a los acuerdos quedó establecida una mesa de trabajo, que se reunirá periódicamente y que de parte de la Dirección General de Prisiones está integrada por el teniente coronel Julio García, sub director de Asistencia y Tratamiento; Carlos Jiménez, encargado de Salud; Federico de Jesús, asesor legal, y José Altagracia Bautista Ogando, subdirector. En tanto que, por la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, se integran Martha Rodríguez, coordinadora técnica; Ana Ruiz, de Servicio Psicosocial, y Elín Tejeda, encargado de Alcohol y Drogas.