La pandemia del coronavirus no impidió que feligreses de distintas localidades del país se trasladaran a la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia, a venerar a quien se considera la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano.

Durante las primeras horas de ayer, las puertas del centro religioso permanecían cerradas para contener la entrada de individuos al templo; sin embargo, las autoridades posibilitaron el acceso al lugar a grupos de cinco y diez personas para adorar a la Virgen.

Las actividades que tradicionalmente se efectúan en conmemoración a la santísima la Altagracia, fueron suspendidas por los efectos de la COVID-19.

Al conversar con elCaribe, el obispo de la diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, Jesús Castro Marte, manifestó que tomaron en cuenta la salud del pueblo dominicano para establecer las medidas en torno a la cancelación de los actos por el Día de la Virgen de la Altagracia.

“Como Iglesia católica debemos de dar ejemplo, sé que nos cuesta asumir la medida, es dura; pero tenemos que enviar un mensaje a la comunidad”, expresó.

Declaró que es un protocolo creado por el Gobierno, al tiempo que expuso que la celebración de las actividades en el templo podría ocasionar un centro de contagios del virus a nivel nacional.

“El próximo año celebramos con todo esplendor, y a partir del viernes 22 la basílica estará abierta para el público con todas las medidas sanitarias”, precisó.

Origen

El obispo Jesús Castro Marte declaró que la conmemoración a la Virgen de la Altagracia surge aproximadamente hace 500 años.
Según Castro Marte, la devoción mariana a la Virgen de la Altagracia llegó al país por los hermanos Antonio y Alonso Trejo, quienes arribaron desde España y se instalaron en Higüey con un retrato de la santísima.

Explicó que la festividad se celebra en toda la Isla la Española, porque es una afición que existe desde antes de la división de Haití y República Dominicana.

Ambiente en la Basílica

A pesar de que se permitió la entrada de devotos a la Virgen al templo religioso, el ambiente en la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia era triste y desolado en comparación con años anteriores.

El prelado señaló que más de 100 mil individuos de diferentes localidades del país, así como de Haití, Estados Unidos y de otras naciones americanas se desplazaban a la iglesia para estas fechas.

“Llegaban centenares de personas y se establecían en el lugar desde el inicio de las actividades conmemorativas”, sostuvo el obispo Castro Marte.

Feligreses rezan durante acto religioso. Johnny Rotestán

Suspensión de actos afectó a comerciantes

Para los comerciantes que poseen negocios en los alrededores de la Basílica de Higüey, la suspensión de las actividades religiosas por la conmemoración del Día de la Virgen de la Altagracia, perjudicó las ventas en sus comercios. “Está floja la cosa, la cancelación de los actos ha provocado pérdidas en un 30 o 40 por ciento, expresó Luisa de Grisel Medina, encargada del colmado Boca Chica. Asimismo, Damaris Soler, empleada en una cafería, manifestó que comparado con otros años las ganancias habían descendido.

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