Desde el gobierno presidido por el tirano Rafael Leonidas Trujillo hasta estos días, prácticamente ningún gobierno iniciado en República Dominicana se ha librado de tener que afrontar situaciones adversas por la ocurrencia o paso de fenómenos naturales, especialmente tormentas o huracanes.
El caso más reciente es el de Luis Abinader. Asumió el poder el 16 de agosto de 2020 y entre el viernes 20 y el sábado 22 del mismo mes su administración debió comenzar a lidiar, primero con las medidas de preparación por el paso de la tormenta tropical Laura y posteriormente con los daños provocados por ésta. Daños que se expresaron en inundaciones, derrumbes de viviendas, terrenos agrícolas inundados y pérdidas humanas, entre otros. La magnitud de lo ocurrido, visto en materia económica aún se conoce, debido a que apenas se está en la etapa preliminar de la evaluación.
El 3 de septiembre del 1930, a pocos del dictador Trujillo llegar a la presidencia de la república, la cuidad Santo Domingo fue impactada por el fuerte ciclón San Zenón, que destruyó gran parte de la capital dominicana. Los daños fueron tan cuantiosos que nunca se logró de forma certera calcular su alcance, aunque llegó a hablarse de que tuvo un costo económico de US$20 millones de dólares. La cifra de fallecimiento que se ofreció fue de 4,000 fallecidos y alrededor de 20,000 heridos, en adición a los efectos económicos sobre la economía. Para entonces el país acarreaba niveles de pobreza muy elevados y, por ejemplo, las viviendas eran mucho más vulnerables que en la actualidad, lo que posibilitó que diera más fuerte.
El Triunvirato que tuvo República Dominicana (1963) recibió también la visita de un fenómeno natural: el huracán Flora, el día 3 de octubre de ese año. Provocó muerte a su paso, dañó recientos escolares y un corte de carretera en el tramo Peravia-Azua. De acuerdo con reportes de prensa de la época, en la provincia San José de Ocoa dañó aproches o soportes de puentes. Con Flora fallecieron 400 personas y hubo una pérdida económica de US$60.20 millones.
A Joaquín Balaguer, cuando tomó el poder en 1966, la “bienvenida” le fue dada un mes después (29 de septiembre) por el huracán Inés, que golpeó el Sur del país, especialmente Barahona y zonas aledañas.
Antonio Guzmán Fernández (gobierno 1978-1982) es prácticamente el único mandatario que no debió enfrentar los efectos de un huracán o tormenta tropical, días luego de asumir. Pero no quedó libre del todo; el 31 de agosto de 1979, es decir un año después, República Dominicana fue golpeada por la furia del ciclón David y la tormenta tropical Federico.
Los de David fueron vientos fuertes (249 kilómetros por hora) y se ha considerado el más intenso de los que ha golpeado este país, Dejó daños cercanos a los US$830 millones de dólares, expresados en los golpes que dio a El Seibo, Monte Plata, La Romana, San Pedro de Macorís, Higüey, Santo Domingo, Azua y Peravia, entre otros pueblos de la geografía nacional.
Pero la gestión de Guzmán Fernández debió lidiar también con lo dejado por Federico, que estuvo de “visita” en el país en septiembre de 1979, luego que se retiró David. De Federico se recuerda que tuvo vientos máximos de hasta 100 kilómetros por hora. Igual que David, además de afectar las viviendas, hizo daño a la agropecuaria nacional.
Al presidente Salvador Jorge Blanco, que estuvo en la primera magistratura de la nación entre 1982-1986, le tocó afrontar los problemas dejados por el huracán Derby, que afectó el norte del país, especialmente la provincia de Puerto Plata. Eso ocurrió el 13 de septiembre de 1982, es decir, tres días antes de que Jorge Blanco completara su primer mes de gobierno.
El huracán Hortensia, que golpeó el Distrito Nacional y la región Este el 10 de septiembre de 1996, fue la bienvenida de la naturaleza al presidente Leonel Fernández en su primer gobierno (el de 1996-2000). Y el 22 de septiembre de 1998 debió afrontar los terribles daños causados por el huracán Georges, cuyos daños, según reportes periodísticos llegaron a cuantificarse en RD$35,000 millones.
Mientras, al presidente Hipólito Mejía lo recibió el 23 de agosto del 2004, una semana después de su ascenso, la tormenta tropical Deybi.
El 6 de octubre del 2001 el huracán Iris causó grandes aguaceros y deslizamientos de tierra, matando a una mujer y sus dos hijos en Santo Domingo, al colapsar la vivienda donde residían.
El 7 de septiembre del 2004, el huracán Iván, categoría cuatro entró al Caribe y tocó suelo dominicano. Era entonces el inicio del regreso de Leonel Fernández al timón del Estado, luego de una pausa de 4 años entre su primer mandato y el de Hipólito Mejía.
El 16 de septiembre de 2004, también se vio afectado el país con el paso del huracán Jeanne, categoría uno, que a pesar de su debilitamiento al llegar a tierra, causó crecidas e inundaciones en la llanura oriental, destruyó varios puentes y aisló, durante varios días, la zona turística de la región Este. Jeanne dejó pérdidas por RD$9,647 millones y once muertes.
También el 3 de septiembre del 2008 (inicio del tercer período de Leonel Fernández, la tormenta Hanna provocó intensas lluvias hacia las regiones norte y noroeste, así como en la capital. Centenares de familiares fueron desplazados sin que se produjeran muertes.
Entre el 6 y 8 de septiembre del 2008, los reportes noticiosos indican que el huracán Ike, categoría dos, provocó en la República Dominicana la muerte de un agricultor, el desplazamiento de 11,915 personas, dos puentes destruidos y cinco carreteras bloqueadas.
A Danilo Medina, en el primer gobierno iniciado en 2012 le llegó la tormenta Isaac que produjo inundaciones, daños a la agricultura y las comunicaciones.
Y en su segundo mandato (que abarcó de 2016 a 2020) el huracán Matthew, categoría 5, el 3 de octubre del 2016, dejó a su paso cuatro muertos, más de 200 casas destrozadas y cerca de 18 mil personas desplazadas.