Urbanista asegura que la instalación del metrocable visualiza aún más la ausencia de planificación territorial
Un viaje en el teleférico desnuda la cruda realidad de extrema pobreza en que viven miles de personas en sectores marginados del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Una vez montado en una de las 195 cabinas del metrocable, el pasajero tiene una mayor panorámica que le permite apreciar los contrastes entre las barriadas por donde pasa el moderno sistema de transporte. A una altura promedio de 20 metros a nivel del suelo, se puede observar los estrechos callejones que dividen las viviendas del sector Gualey, donde se construyó la estación del teleférico que conecta con el Metro de Santo Domingo, símbolo de desarrollo en República Dominicana.
Entrando en el sector Los Tres Brazos, específicamente en el barrio La Lila, la vista es aún más deprimente. Las planchas de zinc oxidadas que cubren las casas, junto a las polvorientas calles, indican al usuario que está “volando” sobre uno de los barrios más pobres del municipio Santo Domingo Este.
En una de esas frágiles viviendas, vive Francisca Carmona, junto a sus tres hijos, a pocos metros del río Ozama. Su casa, al igual que muchas del lugar, fue levantada a base de zinc y hojalata.
Esta familia ha tenido que aprender a convivir con un basurero que, como si se tratara de la extensión del vertedero de Duquesa, representa para algunos de la barriada una fuente de ingreso. Allí, llegan lánguidos caballos con carretas cargadas de desechos. Francisca es una madre de 31 años, que se gana el sustento realizando trabajos domésticos.
Con su pequeño de siete meses en brazos, cuenta que al mes percibe ingresos menores a los cinco mil pesos y asegura que su anhelo es brindarles mejores condiciones de vida a sus hijos “Cuando llueve, el río crece, y yo tengo que salir de la casa junto con mis hijos. Yo pido que nos ayuden con este basurero, aquí hay demasiados niños que pueden enfermarse”, expresa.
Ya en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, donde se levantaron dos estaciones del teleférico, el panorama empieza a mejorar. Desde arriba se observan casas levantadas con materiales más consistentes.
Para presentar una imagen más agradable y colorida de los sectores por donde cruza el metrocable, el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) y la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia (Digepep), iniciaron un proyecto de embellecimiento y reparación de casas ubicadas en los alrededores de las estaciones.
Según informó el director del Invi, Mayobanex Escoto, se trata de un plan piloto que inició con unas 162 viviendas de los sectores Gualey, Distrito Nacional; Los Tres Brazos, Santo Domingo Este y Sabana Perdida, Santo Domingo Norte.
Los trabajos consistieron en pintura de fachadas, colocación de puertas y ventanas y sustitución de zinc.
La parte exterior de las viviendas en Gualey fueron pintadas de un azul intenso, color que llevan algunas de las cabinas del metrocable. A los techos y algunas fachadas del sector Salomé Ureña, en Santo Domingo Norte, se le impregnó arte y color.
En ese sentido, la Digepep instruyó a la compañía Bacano Studio para gestionar el programa denominado “Arte que nos mueve”, el cual forma parte del proyecto de arte público de Santo Domingo llamado Territorios Creativos.
Limber Vilorio, presidente de la compañía, indicó que realizaron, como primera etapa, 25 murales en techos y paredes en Sabana Perdida “que tienen una visual tanto desde la calle como del teleférico”. Explicó que los murales brindarán a los sectores una visibilidad, ya que “sus casas se han convertido en obras de arte, y el arte, es educación y cultura”.
Plantea renovación urbana de sectores
El urbanista Erick Dorrejo afirmó que con la instalación del teleférico se visualiza la ausencia de planificación territorial en la capital. Consideró que su entrada en operación, “debe motivar a la elaboración de una estrategia para la recuperación y revaloración de esas áreas”. Puntualizó en que ese plan debe estar dirigido a potencializar el desarrollo económico y productivo de los habitantes de las zonas impactadas por el moderno sistema de transporte. Agregó que esa estrategia debe incluir la renovación de las viviendas y la creación de nuevas fuentes de empleos.