La lucha de tendencias en los partidos se ha manifestado en el escándalo de Odebrecht lo que complica el frágil sistema de partidos políticos del país.La lucha de tendencias a lo interno de los principales partidos políticos del país no es una novedad, pues ha sido la principal causa de divisiones y debilitamiento de organizaciones como el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ahora en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). En las actuales circunstancias, ese mal mezclado con el impacto del caso Odebrecht amenaza aún más el sistema de partidos políticos.
Es tan fuerte el vínculo entre una cosa y la otra, que los cartelones que aparecen de algunos políticos en las marchas verdes son atribuidos a los sectores internos contrarios tanto del PLD, el PRM y hasta el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que hasta ahora no ha sido impactado por el escándalo.
En el partido oficialista, la lucha por el control de la organización y la candidatura presidencial entre los sectores de Leonel Fernández y Danilo Medina, es como un monstruo que despierta cada cierto tiempo como ocurrió ahora con el sometimiento a la Justicia de cuatro dirigentes de esa organización acusados de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Una de las observaciones de la opinión pública es que entre los dirigentes del PLD que fueron acusados ninguno de los colaboradores cercanos del presidente Medina figura en el expediente, a pesar de que los sobornos que confesó Odebrecht que dio a funcionarios fueron del 2001 al 2014.
Los sometidos del PLD son Temístocles Montás, Radhamés Segura, Víctor Díaz Rúa y los senadores Tommy Galán y Julio César Valentín.
A pesar de la conmoción que generó en el país el sometimiento a la justicia de esas figuras, el dirigente del PLD Félix (Felucho) Jiménez, puso en el tapete el tema de la reelección presidencial, al informar que el presidente Medina le encargó dar el mensaje a la opinión pública de que no se reelegirá en el 2020. La declaración de Jiménez de inmediato ha causado reacciones a favor y en contra de la reelección del presidente Medina a lo interno del partido morado.
Los leonelistas y danilistas también libran la batalla por la presidencia de la Cámara de Diputados y del Senado por acercarse la fecha de poner en marcha el acuerdo para la presidencia de ambos órganos el próximo 16 agosto, y que según lo acordado correspondería a legisladores de la corriente de Fernández. Sin embargo, las declaraciones de Lucía Medina, de que es el Comité Político el que tendrá la última palabra sobre su permanencia o no al frente de la Cámara de Diputados, han generado agrios enfrentamientos en el PLD.
En el PRM, la lucha entre los sectores del expresidente Hipólito Mejía y el excandidato presidencial, Luis Abinader, arrancó por la candidatura presidencial del 2020 y que tendrá como antesala la convención para escoger las nuevas autoridades en agenda para septiembre de este año.
La acusación contra el presidente de la organización, Andrés Bautista y otros cinco dirigentes, ha sido un fuerte golpe para la organización que afecta tanto a Mejía porque los acusados corresponden al periodo que gobernó el país 2000-2004, como para Luis Abinader, que ha asumido un discurso contra la corrupción dando un gran apoyo al Movimiento Verde. La respuesta de apoyo que dio la organización a los acusados ha generado diferencias internas.
El PRSC es un partido de crisis permanentes
El PRSC, aunque no ha sido impactado por el caso Odebrecht, se ha convertido en partido de crisis permanente y lo que queda de la organización selló una nueva división entre la facción del presidente, Federico (Quique) Antún Batlle, el Consejo Presidencial Balaguerista y el sector del presidente en funciones, Víctor (Ito) Biso. La mejor muestra de la situación fueron las reuniones paralelas del pasado domingo de los sectores enfrentados. Esa organización debe renovar sus autoridades en enero del 2018.
PRD vive un momento de inactividad interna
El PRD se salvó del impacto negativo por el caso Odebrecht, pues solo uno de sus dirigentes ha sido acusado, el exdiputado Ruddy González. Igualmente, el presidente Miguel Vargas no maneja situaciones internas de conflicto y ese partido luce inactivo. Fruto de la división del PRD que dio origen al PRM, el partido blanco se ha salvado de estar en el ojo del huracán en el escándalo de corrupción, pues los dirigentes del PRM que son acusados, cometieron los delitos que se les imputan cuando el PRD gobernó el país.