Los siniestros viales en la autopista de Las Américas se ha vuelto una tradición trágica para los conductores del país, donde decenas de personas han perdido la vida al impactar con un árbol de coco o porque el automóvil se precipita hacia el mar.
Entre los hechos más recientes está el accidente donde perdió la vida el prospecto dominicano Jairo Capellán quien jugó en la Dominican Summer League (DSL Cincinnati), más dos heridos.
Este venía hacia Santo Domingo, junto a los otros dos jugadores tras el permiso regular que se da en las academias para visitar familiares, y al parecer el vehículo se deslizó chocando entre el espacio que divide las vías.
También el pasado mes de diciembre donde 5 vehículos estuvieron involucrados y dejó una persona muerta más cinco heridas en el kilómetro 11 y medio. La víctima fue identificada como Cristian Robinson Batista Ortiz. Igualmente, el pasado lunes un camión se precipitó hacia el mar Caribe mientras transitaba por esta “zona de la muerte”, donde al menos una persona murió y otras dos resultaron heridas.
El especialista en geología, Osiris de León, explicó a elCaribe que existen diferentes factores que hacen que los accidentes sean frecuentes, entre ellas la aproximación de la carretera hacia el mar.
“La vía está muy próxima al mar, el fuerte oleaje que golpea el arrecife y lanza agua cargada de sales sobre la vía junto a la radiación solar que evapora el agua salada depositada sobre la vía, lo cual acumula cristales de sales de sodio y de potasio sobre el pavimento. Luego el pavimento se torna resbaladizo porque los cristales de sales reducen el coeficiente de fricción entre los neumáticos y el pavimento lo cual ocasiona insuficiente rugosidad del pavimento. Se suma que las curvas viales tienen bajo ángulo de peralte”, dijo Osiris de León. Asimismo, el asesor científico del poder Ejecutivo señala que las altas velocidades en las curvas generan altas fuerzas “centrífugas”, que tratan de atraer el vehículo hacia afuera de la curva que se agrava por la falta de gruesos muros laterales exteriores, tipo “New Jersey”, que impidan que un vehículo, que se haya salido de la vía, se vaya al precipicio marino. Explicó que la solución a este mal, es aumentar el ángulo de peralte en las curvas de la vía, porque a mayor ángulo de peralte de la curva de una vía, se genera una mayor fuerza centrípeta que lo hala hacia dentro de la curva para que el vehículo no se salga de la vía cuando, por ir a muy alta velocidad, es halado hacia afuera de la curva de la vía por la fuerza centrífuga.
La señalización y un muro son necesarias
“Fresar la vía de manera transversal para aumentar el coeficiente de fricción entre los neumáticos y la vía. Colocar gruesos muros laterales exteriores, tipo New Jersey, que impidan que un vehículo que, por alta velocidad, se haya salido de la vía, se vaya al precipicio marino. Colocar señalización vertical de advertencia a los conductores de que por la presencia de agua salada, y sales, el pavimento es resbaladizo”, indicó Osiris de León.