La explotación sexual y el trabajo infantil son algunos de los problemas más serios que ha estado enfrentando Boca Chica en los últimos años. Jovencitas con ropas ligeras en busca de “lo suyo” y niños con limpiabotas en las manos notablemente desnutridos, son parte del panorama que por lo general se ve en diferentes puntos de este municipio de Santo Domingo.
Esta situación es la que pretende erradicar Silvia Denisse Pichardo, gerente general de la fundación Caminante Proyecto Educativo, y quien fue una de las diez finalistas reconocidas el mes pasado como Mujeres que Cambian el Mundo, por el Banco BHD León.
Caminante nació en el 1994, después de que Pichardo realizara un diagnóstico que reveló la situación de vulnerabilidad en la que vivían los niños en las playas de Boca Chica, sobre todo el gran porcentaje de infantes explotados mediante el trabajo o abusados sexualmente.
El panorama la conmovió tanto que inició su labor bajo un árbol cerca de la playa días después de haber terminado la investigación. Hasta allí iban los niños a vender las botellas que encontraban en las calles. Pichardo aprovechaba para hablar un rato con ellos, preguntarles sobre la situación en la que estaban y cómo era su diario vivir.
Al escucharlos descubrió que la mayoría de esos niños, habían sido expulsados de sus hogares. Y en el caso de las niñas, la mayoría abandonaba el entorno familiar por voluntad propia, debido a que “eran sometidas a abusos de todo tipo por sus padres, incluso sexual”.
“Me confesaban que al estar fuera de sus casas, debían sobrevivir a toda costa. Iban por las playas vendiendo paletas, comida, su cuerpo… era deprimente. La peor parte les tocaba a las chicas”, comenta.
“Muchas, al ver que sus amigas ganaban dinero con la prostitución, decidieron seguir esos pasos, porque pensaban que era un mundo fácil. Pero después comprobaron que la dura realidad las golpeaba tan fuerte, que estaban al borde del suicidio por la depresión. Pensaban que era la única opción que tenían por el momento”, continúa.
Caminante ha protegido a más de 24 mil niños de la explotación sexual y el trabajo infantil. Crea conciencia sobre los peligros a los que se exponen los infantes en las playas de este municipio, cuando están sin supervisión de sus padres.
En el centro se educa en diferentes áreas, incluso hay un programa de campamento para las escuelas, a modo de prevención. “Los muchachos vienen como un lugar de identificación, saben que recibirán una mano amiga”.
Pichardo lucha por el cumplimiento de los derechos de los infantes, y el cumplimiento de la Ley No. 136-03 del Código para la protección de los derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. “Es nuestra prioridad, porque si muchos adultos no conocen ni siquiera sus derechos, los niños menos. Lo que los hace vulnerables a ser explotados”.
El Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), es una de las entidades que colabora con la fundación para brindarle a los jóvenes educación y posibilidad de insertarse en el mercado laboral.
Vulnerabilidad
Pichardo asegura que aunque han hecho mucho a favor de la niñez en Boca Chica, en conjunto con diversas entidades nacionales e internacionales, todavía “el comercio sexual es un problema serio y que necesita una intervención urgente”.
“Muchos todavía me cuentan que ven cómo niñas de 14 y 15 años van a las playas a buscar dinero a través de la prostitución, y eso nos rompe el corazón. Obligarlas a dejar eso es complicado, porque además muchas veces tienen el apoyo de sus padres, lo que hace más deprimente la situación”.
Panorama
De acuerdo con Plan Internacional República Dominicana (Plan RD) la explotación sexual comercial infantil es un fenómeno que toca seriamente a la región este del país y se asocia al turismo, la pobreza y la falta de educación.
Aseguran que el 96% de los niños y jóvenes de esta demarcación están en riesgo de sufrir esta violación a los derechos fundamentales.
La información fue revelada en tres informes de Plan RD recopilada en distintas localidades de La Altagracia, Boca Chica, Punta Cana, Verón, y Guayacanes que fueron presentados en el panel “Desafíos para la prevención de la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes de República Dominicana”.
En el levantamiento de información el 70% de los entrevistados reconoce a los explotados sexuales, mientras que el 20% identifica a sus propios familiares.
En el caso de los trabajadores informales de turismo, el 71% afirma que las autoridades saben la ubicación de los lugares donde se explota a menores de edad. Silvia Pichardo espera que pronto se reduzcan los casos en Boca Chica y todo el país. “Este municipio tiene mucho por ofrecer. No nos gusta que solo se le reconozca por sus playas, porque tenemos cuevas y otros atractivos”. “Los niños no merecen trabajar, y mucho menos ser violentados. Depende de cada uno de nosotros protegerlos”, sugiere.
Su pasado oscuro todavía la persigue
“Los hombres me obligaban a hacer cosas que no quería, pero necesitaba el dinero. Tenía que sobrevivir, aunque eso significaba aceptar el abuso de tres o cuatro cada noche. Me sentía triste, porque apenas tenía 16 años y pasaba por eso, sentía que no podía escapar”. Así lo recuerda Masiel García, quien fue víctima en su juventud de explotación sexual comercial, pero pudo salir de ese mundo gracias a la ayuda que le brindó Caminante. Actualmente tiene 32 años y cuatro hijos. Trabaja en un hotel de la zona este del país, y aunque ya no se dedica al trabajo sexual, asegura que quedan cicatrices muy grandes de su pasado que le quitan el sueño de vez en cuando. “Uno sale de ese mundo rota, devastada y sin ganas de vivir. Pero no queda de otra”.