Los retenes de policías y militares que habían sido colocados por las autoridades en las entradas y salidas de los llamados “barrios calientes” de la capital, comenzaron a ser retirados, generando quejas de los residentes en esas zonas.Por ejemplo, los residentes en el barrio Los Praditos, en el Distrito Nacional, despertaron ayer con la sorpresa de que habían quitado los cuatro retenes militares que estaban instalados desde el mes pasado en los puntos de acceso a esa barriada.
La preocupación de los ciudadanos de esa barriada fue tema de conversación en los colmados, donde en la mañana se reúnen algunas personas a tomar café y desayunarse. “Los delincuentes son los únicos que están felices con eso, porque ahora podrán hacer sus fechorías sin ninguna restricción”, opinó el propietario de uno de los colmados del sector al ser preguntado por reporteros de este medio.
“Yo entiendo que los policías están para cuidar a la gente y eso era lo que estaban haciendo. Ahora nos volvieron a dejar desprotegidos, para que los atracadores vuelvan a ponernos en zozobra”, expresó una ama de casa, también residente en Los Praditos.
En un recorrido realizado por este medio, también se pudo constatar que ya no estaban los retenes que habían sido colocados en las entradas de barrios de la capital como Gualey, Las Cañitas y Los Guandules.
Al preguntarle a la gente de esos lugares sobre la situación, estos dijeron que los retenes estuvieron solo unos días para “hacer una pantalla” y que fueron retirados al poco tiempo.
“Tú no ves un policía patrullando por ninguna parte. Eso fue un bulto del Gobierno para decir que ellos han estado haciendo algo por acabar con la delincuencia”, expresó un hombre que se dedica al motoconcho en el sector Gualey. Los ciudadanos esperan que la medida vuelva a ser retomada.
Habían anunciado que sería acción permanente
A principio del mes pasado, las autoridades habían anunciado la implementación de un patrullaje mixto entre policías y militares para contrarrestar los niveles de delincuencia. En esa ocasión la Policía Nacional había dicho que unos 5,000 agentes habían sido enviados a realizar labores de patrullaje apoyados por 2,000 militares y que sería una acción permanente.