En una fecha tan memorable para el país, como lo es el nuevo aniversario de la Gesta Revolucionaria de 1965, el presidente Danilo Medina se unió al sentir del pueblo y honró la memoria de quienes lucharon y ofrendaron sus vidas por sus ideales.
Al dirigirse al pueblo dominicano, en un mensaje de recordación de ese relevante hecho histórico, el jefe de Estado dijo que “al cumplirse 54 años del movimiento revolucionario, honramos la memoria de quienes lucharon en esas acciones y de quienes ofrendaron sus vidas por sus ideales”.
“Invito a recordarles con un sentimiento colectivo de gratitud”, exhortó el presidente de la República a los ciudadanos a través del mensaje dado a conocer por el portavoz del Gobierno y director general de Comunicación, Roberto Rodríguez Marchena, a través de su cuenta de la red social Twitter @RodrigMarchena.
Nueva etapa de vida política, económica, cultural y social
La Revolución de 1965 fue, sin duda alguna, el inicio de la ruptura del legado de una dictadura de más de 30 años, y marcó el surgimiento de una nueva etapa de vida política, económica, cultural y social, en la República Dominicana.
El objetivo original de la revolución constitucionalista fue canalizar el reclamo popular por el restablecimiento de la Constitución de 1963 y el retorno al poder del gobierno encabezado por el profesor Juan Bosch, candidato triunfante en las primeras elecciones democráticas realizadas tras la caída de la dictadura trujillista.
Un golpe de estado derribó el gobierno del profesor Bosch, a solo siete meses de instaurado, echando por el suelo el sueño de un gobierno genuinamente democrático, que albergaba nuestro pueblo.
Pero apenas tres días después, el 28 de abril de 1965, se produjo la intervención de fuerzas militares extranjeras, transformando la revolución en una Guerra Patria que hizo detonar las más puras esencias de patriotismo, para defender en las calles la soberanía nacional.
Mientras se aguardaba el regreso del exilio del profesor Bosch, el sector revolucionario estableció un gobierno constitucional en armas, encabezado por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, para garantizar los derechos y propiedades de la población civil.
Al mismo tiempo, ese gobierno asumió la defensa de la nación contra los ataques de las fuerzas interventoras y sus aliados locales.