El pasado 4 de noviembre ocurrió un fenómeno atmosférico que sorprendió a todos. Y es que sobre el Gran Santo Domingo cayeron 700 metro cúbicos de lluvia en tres horas, lo que hizo colapsar la capital, exceptuando la zona Colonial.

Ante esto, muchas personas se preguntaron: ¿Por qué no se inundó la Ciudad Colonial?

Juan Mubarak Pérez, director de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental; Yamilé Rodríguez Silis, ingeniera encargada de velar de estado físico de los monumentos y José Rafael Sosa, quien es considerado por el administrador de entidad como la memoria histórica de esta institución, explicaron algunas de las razones por la que este acontecimiento no ocurrió en la  primera ciudad del nuevo mundo.

Mubarak Pérez expresó que la Ciudad Colonial no colapsó debido a que Nicolás de Ovando, al momento de comenzar a crearla, se detuvo a planificarla y pensó en la sostenibilidad.

Para el ingeniero Mubarak, esto es hacer las cosas pensando en el futuro y que respondan a esa necesidad que no es solo del momento.

 “Esto es lo que muchos gobiernos no han hecho en este país, debido a que los políticos dan poca atención a la planificación urbana, y el mejor ejemplo es que 500 años después ocurre un aluvión y la única parte que no se inunda es la zona, en la que sí planificaron su construcción”.

También resaltó que la adaptabilidad de la tecnología al alcantarillado del la Ciudad Colonial, hecha por Ovando, ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de esta zona turística.

Problemática

Inundaciones del viernes 4 de noviembre

“El Gran Santo Domingo ha perdido la permeabilidad por la gran cantidad de edificaciones que han realizado, donde construyen hasta en un solar completo; es decir, no dejan ningún tipo de espacio por donde se vaya el agua, mas que por un drenaje que ellos deciden, y cuando cae una lluvia abundante que sobre pasa la capacidad, este se satura y se rebosa”, aseguró el ingeniero.

“Puedo decir que la permeabilidad, la ocupación y la planificación son aspectos fundamentales en la urbanización y la carencia o exceso de estos son las causa de la problemática que se resaltó con las lluvias del viernes”.

Mubarak afirmó que la densidad poblacional del Gran Santo Domingo no planificada, junto con la falta de normativas habitacionales, es parte del caos que destacó el fenómeno atmosférico.

Dijo que no se debe de seguir postergando el hacer la estructura de drenaje sanitario y pluvial que necesita la capital.

“Tirar todos los residuos al sub-suelo  a la larga hay problema, porque si tú tomas agua a una profundidad y tiras los ruedos a otra profundidad en algún momento eso va a saturar y a colapsar”, sostuvo.

Polígono central

Del mismo modo, Mubarak Pérez aseguró que el polígono central es el lugar de mayor densidad poblacional y no cuenta con un drenaje sanitario.

El director de Patrimonio Monumental reiteró que la capital necesita una  infraestructura que le ayude a su desarrollo, con sus elemento más básicos, como son al agua potable, un drenaje para el agua residual, cableado para la luz, teléfonos y más.

Drenaje pluvial

La capital no tiene más de un 18 por ciento de desagües de agua residuales a diferencia de la Ciudad Colonial que cuenta con un amplio drenaje sanitario y pluvial, todas las calles tienen tuberías de ocho pulgadas en todos los sentidos; norte-sur al igual que este-oeste, explicó Yamilé Rodríguez.

Por su parte, José Rafael Sosa dijo que durante los 50 años que tiene trabajando en los monumentos de esta zona ha visto varias intervenciones que han realizado en las alcantarillas, y aseguró que es lo que hace falta en el Gran Santo domingo.

“Donde no hay alcantarilla hay que hacerlas, porque los síndicos tienen la idea de solo hacer los trabajos que son más visibles ante la población y menos costosos, por lo que siempre suelen hacer filtrantes y no alcantarillas. Aunque las alcantarillas tomen más tiempo y conlleven más recursos hay que hacerlas, porque estas son la verdadera solución del drenaje del Gran Santo Domingo”, dijo Sosa.

Historia

Según el libro escrito por el ingeniero Ramón Báez López,  titulado ¿Por qué Santo Domingo es así?, en su capítulo V, brinda una amplia explicación sobre las Alcantarillas de la zona Colonial.

Habla de las primeras obras hidráulicas del período colonial, que son dos tramos de alcantarillado que certeramente ubicaron y estan regiamente construidos.

Esta obra muestra como Nicolás de Ovando, experto que entendía la topografía, morfología y la vegetación de  esta parte de la isla, estudió por dónde venían las aguas, cuáles eran la cañadas principales y realizó una planificación para resolver los problemas de desagüe que son normales en toda ciudad.

En base a esto él hizo una serie de drenajes pluviales que respondían a la necesidad y construcción de esa época. De ahí salen las alcantarillas de la Ciudad Colonial que son sumamente grandes y que cogen una gran cantidad de agua.

Alcantarillas de la Ciudad Colonia

Alcantarilla de Las Atarazanas

Las alcantarillas de Ovando y Las Atarazanas están construida de ladrillos y sus paredes, en algunos tramos, están sustituidas por el parámetro de la piedra cortada de modo irregular unida por montero, las cuales están en buen estado.

Aunque su bóveda tiene pequeños desperfectos, la mayoría es producida por las edificaciones realizadas sobre ellas como la construcción de tuberías de aguas negras, la cuales debieron conectarlas a las cloacas.

En la actualidad en la Ciudad Colonial solo se utiliza la alcantarilla de Ovando.

Esta última inicia desde la calle Arzobispo Meriño, pasando por Las Damas y con desembocadura en el rio Ozama.

Su ancho y altura varía dentro de su recorrido. Por ejemplo, en la calle Isabel La Católica su ancho es 0.90 metro y 2.30 m de altura, en cambio que en la Casa Francia su ancho es de 0.60m y de 2.30m de altura.

Las Atarazanas fueron construidas con mayor uniformidad que la anterior ya que luce realmente como si la hubieran construido por tramos y con criterios diferentes. Tiene tramos con más de 2.00m de ancho, aunque otros no pasan de 1.25 m.

Las Atarazanas, será parte lo que se llamará “La ruta de Agua de la Ciudad Colonial”, proyecto que será declarado patrimonio Nacional para que así todo el mundo pueda ir y visitar una obra del siglo XVI, hecha por primera vez en América, por lo que ya se solicitó al Ministerio de Cultura para oficializarlo.

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