Meliano Matos gana más de motoconchista que lo que recibe como vigilante en la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD). Recorrer las calles en su motor le deja, más o menos y en promedio, una entrada fija de RD$20 mil mensuales. Y en la institución amanece una noche, de cada tres, de 4:00 de la tarde a 7:00 de la mañana, para que le paguen RD$7,700 mensuales.
Meliano Matos, de 63 años, con esos RD$27 mil, mantiene a su esposa, a su hijo de 10 años y a su nieto de ocho. Los días de cobro hace la compra básica, que no incluye la carne “porque donde viven los pobres se va demasiado la luz”. Ahora no tiene televisión.
Tendrá que cogerla “fiao” para complacer a los niños y si enferma, también tiene que tomar prestado para salir a flote.
La historia de Matos se repite muchas veces: dominicanos que necesitan más de un empleo, que salen bien temprano de la casa y llegan muy tarde para poder sobrevivir, en un mercado laboral donde la mitad (50.3%) de la empleomanía pertenece al sector informal y el 20% de los trabajadores son no calificados, según datos del Banco Central.
El mismo organismo ubicaba en noviembre pasado el costo de la canasta familiar en RD$28,515. Con sus dos trabajos, a Matos le faltan todavía 815 pesos. Pero al final del mes, si no tiene gastos no programados, completa. Según él, “porque uno se arropa hasta donde alcance la sábana”. En el sector privado, el salario base de un vigilante para el 2007 era de RD$6,210, y en ocho años, 2015, esa cifra se reajustó a RD$10,860.
Si se fracciona y se analiza, podemos concluir que hubo un aumento anual para ese sector de RD$581 por año, cifra que no alcanza para una lata grande de leche.
“El promedio salarial de los trabajadores en República Dominicana es de aproximadamente RD$9 mil al mes en el sector privado. Cuando uno calcula el promedio de la canasta familiar, que es de RD$28 mil, la distancia es tan abismal que para poder alcanzar tienes que trabajar aquí y allí”, analiza el presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), Rafael -Pepe- Abreu.
El sindicalista reflexiona que el Banco Central habla de una inflación prácticamente insignificante (0.6), pero en la práctica el dinero no le rinde al empleado y eso tiene que ver, en parte, con que el salario está sobrecargado de gastos en áreas de poca garantía por parte del Gobierno, como la salud y educación.
“Por eso a mucha gente tú la vez con tres puestos y una agonía enorme para subsistir”, enfatiza y aclara, ese tema no es exclusivo de la clase social de mayor vulnerabilidad, que bastante se maneja a través del empleo informal. También afecta, en buena medida, a los profesionales de clase media, que están “estrictamente controlados”. “Tiene que pagar impuestos y servicios. El pluriempleo se da en todas las escalas”, remata Abreu.
Jennifer Peguero, de 28 años, es locutora y productora de radio y televisión. Con los tres trabajos que tiene, esta profesional, madre de un niño de cinco años, tiene ingresos fijos que no llegan a RD$50 mil, sin incluir “picoteos”. “El año pasado prácticamente trabajé para pagar préstamos, por el tema de la inestabilidad de los ingresos. Los préstamos los usé, por ejemplo, para pagar la casa a tiempo, los servicios de celular que a veces me pasaba por el tipo de trabajo que hago, y si el niño se enfermaba, también tomaba prestado”, explica.
Don Pedro de la Rosa ha trabajado toda su vida de chofer en los medios de comunicación. Se levanta a las 5:00 de la mañana, entra a trabajar antes de las 8:00 y a las 3:00 termina su primera jornada en este diario. Inmediatamente sale a su segundo empleo en un canal de televisión, para terminar una jornada entre 9:00 y 10:00 de la noche. Con los dos trabajos gana 21 mil pesos y con eso, más una pensión que no llega a ocho mil, mantiene a nueve personas en su casa. Su esposa, sus tres hijos y sus cinco nietos. Sus hijos tienen 40 y pico, pero trabajan por contrata de vez en cuando, pintando las señalizaciones de las calles.
Pedro, al igual que Jennifer y Meliano, usa los préstamos para salir de las emergencias que le llegan. Pedro calcula que debe como RD$70 mil, pero no sabe con exactitud. “Si me pongo a calcular me vuelvo loco”. Y lo que gasta es en la casa. “En esta quincena me quedaron varios dolores de cabeza, pero nada”, se lamenta el chofer.
-¿Por qué los dolores?-, le pregunta elCaribe.
-Porque estoy atrasado con muchos intereses y a veces los chelitos no me dan. Entonces, uno coge por un lado para salir de otro y no quedar mal. No me gusta. No quiero que nadie me señale-. l
Mitad de los empleados públicos no son útiles
Pepe Abreu contó, desde su punto de vista, las razones de tan bajos salarios en el país. Primero, los empresarios se sujetan al tema de la cesantía para decir que mientras esta exista, los salarios no pueden subir, bajo el alegato de que cuando tienen que cancelar con las prestaciones la empresa quedaría sin liquidez.
Del sector público narró lo siguiente: “Lo que te dicen los presidentes (mencionó a Hipólito Mejía y Leonel Fernández) es ‘mira, esa empleomanía que está ahí la tenemos por política. La mitad de esa gente no la necesitamos en los puestos’”. Ni los sindicatos ni el Gobierno arriesgarán cancelar a la mitad del personal, para aumentarle a la otra mitad funcional.