El PLD es el partido más fuerte del país, pero conservar el poder luego de 16 años seguidos al frente del Estado, necesariamente pasa por evitar una crisis económica en el país y conservar la unidad interna en la organización.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tiene el mejor average en la historia electoral de la era democrática de la República Dominicana, pues además de ser el único partido que ha ganado cuatro elecciones presidenciales consecutivas, ha sido el más votado de la historia electoral por haber alcanzado más del 50% de los votos en cuatro elecciones en primera vuelta.
Pero los números que hablan del éxito del PLD ya son historia, el tema ahora es como enfrentar el futuro para seguir cosechando éxito electoral luego de 16 años corridos de gobierno y el desgaste y cansancio que tanto tiempo en el poder producen en la población, incluso a lo interno de la propia organización.
En las circunstancias actuales el escándalo de corrupción internacional de la constructora brasileña Odebrecht, agrava la situación de desgaste que carga el PLD, el tema que impulsó el movimiento “Fin de la Impunidad” que ha concitado un gran respaldo social.
El lastre que ha dejado en el PLD el tema de la corrupción, ha sido reconocido por dirigentes como Temístocles Montás, que ha reconocido que los escándalos son una mancha en los gobiernos de su partido. De hecho, el tema del daño que los escándalos de corrupción le han hecho al PLD fue discutido en el marco del VIII Congreso.
Para seguir en el poder el PLD tendrá que luchar desde dos frentes, desde hacer un buen gobierno para evitar caer en alguna crisis económica, pues está más que demostrado que los gobiernos que caen en crisis sus partidos no retienen el poder; y por otro lado, desde la organización misma, sobre todo en lo relativo a mantener la unidad partidaria que tanto resultado le ha dado al partido morado.
La máxima dirigencia del PLD no está ajena a esa realidad del desgaste que afecta al partido oficial, y el propio presidente de la organización y expresidente de la República, Leonel Fernández, apuesta a la puesta en marcha de las resoluciones que se aprobaron en el VIII Congreso comandante Norge Botello y ha advertido que el mayor reto de la organización es saber administrar sus triunfos para evitar divisiones internas.
Sin embargo, la lucha por la candidatura presidencial para las elecciones del 2020 presagia una guerra entre el leonelismo y el danilismo que muchos observadores ven con preocupación, por la maltrecha unidad del partido oficial.
El politólogo Belarminio Ramírez sostuvo que hacer un rediseño y renovación de un partido político desde el poder es una tarea compleja. “La perpetuidad en el poder la han ido acompañando de un estancamiento del proceso renovador”, señaló. Agregó que si el PLD pierde la confianza de la ciudadanía significaría un colapso del sistema de partidos. “La falta de transparencia es la amenaza más grande al sistema de partidos”, afirmó.
En proceso de movilización
Leonel Fernández está impulsando un proceso de renovación en el PLD para aplicar las resoluciones del VIII Congreso. De hecho, en la pasada reunión del Comité Político se aprobaron ocho reglamentos que estaban pendientes y se convocó para marzo el Comité Central. El Comité Político aprobó la reinscripción y nueva inscripción de dirigentes para depurar el padrón. La propuesta es del dirigente Franklin Almeyda Rancier.
Solidez es fortaleza frente a otros partidos
El PLD tiene la ventaja de cara a los retos que le depara el futuro inmediato que es el principal partido del país y el que cuenta con las estructuras más sólidas. De hecho, es el instrumento político-partidista más fuerte con que cuenta el sistema de partidos de la República Dominicana. En las pasadas elecciones en el nivel presidencial el PLD de manera individual logró el 50% de los votos y el restante 50% se los distribuyeron 25 partidos políticos que participaron en esa contienda electoral incluidos 15 aliados al PLD.
Debilidad opositora, otro punto a favor del PLD
El cansancio que pueda tener la población del PLD es una especie de volcán que puede hacer ebullición en cualquier momento, lo cierto es que los partidos y dirigentes de oposición no han logrado hasta ahora ganarse la confianza de la ciudadanía. El PRM es el principal partido de oposición y aunque tuvo un buen desempeño electoral en las elecciones del 15 de mayo del 2016, lo cierto es que ese partido está lejos de tener arraigo en la población. También debe pasar la prueba del pugilato entre Luis Abinader e Hipólito Mejía.